Cuando monsieur Macron alcanzó la presidencia de la Quinta República creó un fondo para financiar la transición tecnológica en las pymes. Por ejemplo, se deshizo de una mínima participación pública en Engie y Renault, aunque su ambición era privatizar La Française des Jeux (loterías) y una de las joyas de la corona de Francia: Aéroports de Paris (ADP), que gestiona los de Charles de Gaulle y Orly.
Francia es, entre los grandes países europeos, el que más participaciones tiene en el capital de sus empresas estratégicas. De ahí que la venta parcial o total de ADP, en la que el Estado posee un 50,63%, levantase una fuerte oposición. En total, la participación francesa en el capital de once compañías era de 45.244 millones de euros el 27 de abril, según datos del Gobierno. La mayor está en Électricité de France (EDF), con un 83,58%. Le siguen Thales (25,68%), Eramet (25,57%), Engie (23,64%), FDJ (21,91%), Renault (15,01%), Air France-KLM (14,29%), Orange (13,39%), Safran (11,23%) y Airbus (10,96%).