Muchos de los catalizadores del rebote en las bolsas ya se están agotando y aunque podamos ver mayores subidas, mucho nos tememos que las alzas serán muy limitadas.
Ya no tenemos una sobreventa histórica y el efecto FOMO, acrónimo inglés de la expresión Fear Of Missing Out, temor a perderse algo, ya no tiene mucho sentido, básicamente porque el rebote ya se ha producido y comprar en estos niveles sería para buscar la recuperación de toda la caída, como si nada hubiera pasado, algo que parece poco razonable.
Tampoco caben muchas más actuaciones por parte de los bancos centrales y países afectados, que ya han desplegado toda su artillería a través de abultadísimos programas de rescate, con la poderosa Reserva Federal de Estados Unidos a la cabeza. También parece descontado el inminente anuncio de relajación de las medidas de confinamiento en países tan importantes como Estados Unidos y Alemania, que aunque podría insuflar nuevos bríos al rebote, dudo que anule el deterioro técnico que provocó la última caída.
No hay que estar atormentados pensando que se ha perdido una oportunidad histórica de compra y sería un error caer en la tentación de hacerlo llegados a estas alturas. El rebote debe ser aprovechado para vender hasta alcanzar una exposición en la que se encuentren cómodos si hay una vuelta a los mínimos del año. Si sigue subiendo le desearemos buen viaje, pero dudo que con todo lo ocurrido la tendencia alcista de largo ya esté lista para retomarse. Agárrense, que vienen curvas.