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La bolsa gana un 13% de media desde que se invierte la curva de tipos hasta que llega la recesión

7:11 - 26/03/2019

El interés que ofrece la deuda a muy corto plazo (a 1, 2, 3 y 6 meses y 1 año) de Estados Unidos supera o ha llegado superar en los últimos días y por primera vez desde 2007 el de la referencia a 10 años (T-Note), lanzando una inequívoca señal de que el final de la actual fase de expansión del ciclo económico está cerca.

Esta curva permanece empinada (en positivo) en condiciones normales: se pagan mejor los compromisos de mayor plazo que los de menos. El cambio de esta tendencia significa que los inversores ven con incertidumbre el futuro: desconfían de la inflación, de la marcha de la economía y anticipan una recesión. Y, efectivamente, así ha ocurrido siempre que esta curva se ha invertido desde 1950.

Lo que no ha sucedido nunca es un desplome inmediato de las bolsas, ni siquiera en menos de cuatro meses -según la estadística-, ni es probable que la recesión llegue sin que también entre antes en negativo el diferencial entre el bono a 2 años y el T-Note, que actualmente ni siquiera se encuentra en mínimos de los últimos meses, ya que se sitúa en 0,15 puntos y llegó a caer hasta los 0,10 enteros en diciembre de 2018.

Por tanto, la misma curva justifica que la mayoría de expertos descarte el Apocalipsis. Al menos, de momento. Y apoya que recuerden que el S&P 500, el índice de referencia en Wall Street, ha dejado ganancias medias de casi un 13% desde que la curva de tipos se invirtió hasta que se confirmó la recesión económica, según el cálculo de LPL Research desde 1978. Este comportamiento de la rentabilidad obtenida por las bolsas en la última fase del ciclo económico se completa con el plazo de más de 12 meses desde que el mercado de deuda soberana emite la señal de alarma hasta que la economía confirma el pinchazo.

Morabanc AM: "Una curva invertida no significa que vendrá una recesión inmediatamente después ni que los mercados vayan a desplomarse al instante"

En estos tiempos y en esas expectativas se mueve actualmente el mercado sin poder evitar que cada signo de debilidad eleve la volatilidad y provoque caídas en los parqués. Avisos tan relevantes como que durante la semana pasada los ETF de deuda con grado de inversión (de la máxima calidad) de Estados Unidos registraron la mayor entrada de dinero en dos años.

No entraba tanto dinero en deuda desde junio de 2018

O como que la deuda que ofrece rentabilidad negativa alcance los 10 billones de dólares, máximo desde septiembre de 2017, con el añadido simbólico que supone que el inversor pague, de nuevo, por financiar a Alemania a 10 años, lo que no ocurría desde octubre de 2016, o que el interés del T-note se hundiera este martes por debajo del 2,4%, lo que se daba desde 2017.

La deuda en negativo supera los 10.000 billones

La huida del dinero en busca de refugio se acrecentó con el frenazo definitivo del pasado miércoles de la Reserva Federal (Fed) en el proceso de normalización de su política monetaria, hasta el punto de que empieza a cundir la visión de que lo próximo será una bajada de los tipos de interés oficiales para amortiguar el golpe que viene, en línea con las decisiones acomodaticias comunicadas, previamente, por el Banco Central Europeo (BCE).

Natixis IM: "El riesgo recesión en 2020 es más alto, pero es raro ver una recesión en un año electoral"

"Aún no esperamos una recesión en los Estados Unidos en 2019, porque confiamos en una estabilización de los datos desde esta primavera porque el crecimiento sigue siendo sólido, la liquidez amplia, la confianza del consumidor alta y la Fed acomodaticica", explica Esty Dwek, estratega de Natixis IM, quien admite que "el riesgo recesión en 2020 es más alto", pero apunta que "es raro ver una recesión en un año electoral".

"Una curva invertida no significa que vendrá una recesión inmediatamente después ni que los mercados vayan a desplomarse al instante, pero, y aunque siempre cabe el esta vez puede ser diferente, la realidad es que históricamente ha sido un indicador de que vienen problemas (no necesariamente un crash)", opina Tomás García-Purriños, responsable de Multiactivos de Morabanc AM. "Es probable que el interés del T-Note y del Bund permanezca bajo presión en el corto plazo, pero debería volver a niveles recientes cuando se atisben soluciones para la guerra comercial entre Estados Unidos y China y para el Brexit", concluye Esty Dwek.

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