La fuerte caída que protagonizó ayer Renault a cierre de sesión en Europa después de que Nissan anunciase que su presidente, Carlos Ghosn, estaba bajo investigación por supuestamente violar las leyes financieras japonesas, ha marcado -y probablemente marcará- la evolución de los principales mercados continentales.
Malversación de fondos, evasión de impuestos y ocultación de ingresos forman parte de la retahíla de posibles delitos de los que deberá defenderse el primer ejecutivo de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Y todo lo concerniente a la investigación acabará repercutiendo de un modo u otro al sector automovilístico continental, uno de los principales motores (nunca mejor dicho) de la economía europea.