El sector bancario no cree que vaya a haber retroactividad en la sentencia del Tribunal Supremo que se dará a conocer este lunes 5 de noviembre y que determinará quién debe pagar el impuesto de las hipotecas y, en el caso de que corresponda a las entidades financieras, desde cuándo; pero sí piensan que en el peor de los escenarios se puede poner en duda una mejora de la retribución al accionista, según aseguran diversas fuentes consultadas del sector. Desde que el 18 de octubre el órgano judicial señalara que son los bancos quienes deben abonar el Im-puesto sobre Actos Jurídicos Documentados (IAJD), para un día después decidir estudiar si ratifica o rectifica su decisión, la situación de la banca es de incertidumbre, con una gran inseguridad jurídica como trasfondo. "Una inestabilidad que ha provocado que el inversor institucional norteamericano haya puesto una cruz al sector, que no la levanta una sentencia", apuntan fuentes bancarias. El sentir general en los entidades cotizadas ante un posible giro en la jurisprudencia es que no ven ninguna razón para aplicar retroactividad porque se han limitado a cumplir la ley, pero acatarán el fallo. En lo que no parece haber unanimidad es en cómo repercutirá al cliente en el caso de que sea el banco quien deba pagar el impuesto. En el caso de CaixaBank e Ibercaja, ya han optado por encarecer las hipotecas. Mientras que el sector, en general, y con un entorno de bajos tipos de interés en Europa que amenaza con quedarse más tiempo del esperado, ha decidido ya aumentar las comisiones, que se incrementaron, de media, un 10% a cierre del tercer trimestre del año.
Bankia, una de las más afectadas teóricamente, ha defendido que la decisión no debería caer sobre al cliente si hay un cambio de criterio y que la repercusión en el precio dependerá de la competencia, que en ese segmento es muy fuerte. Su consejero delegado, José Sevilla, aseguraba que Bankia continuará con la misma oferta de hipotecas. En la misma línea ha respondido Banco Santander, entidad para la que el coste y cómo podría afectar a los clientes dependerá de la dinámica competitiva del mercado y, según eso, el banco pondrá el precio que considere adecuado.