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Michael Morrissey, CEO de Exelixis: "Hemos sido rentables durante meses y los gastos están controlados"

9:00 - 17/09/2018

En una soleada mañana frente a la bahía del puerto de Alameda, en California, Michael Morrissey, el consejero delegado de Exelixis recibe a elEconomista en su recién estrenado centro de operaciones. La biotecnológica estadounidense ha logrado a partir de dos de sus compuestos, el cabozantinib y el cobimetinib (cabo y cobi, como se refiere a ellos coloquialmente Morrissey) importantes avances en determinados tratamientos, como el carcinoma avanzado de células renales. Exelixis es una de las dos únicas compañías biotecnológicas incluidas en el S&P Midcap | Consulte aquí la cartera modelo de 'elMonitor' al completo.

Además de formar parte del Eco30 –el índice de bolsa mundial de este diario–, en el que Morrissey considera que la presencia de su empresa ofrece una clara "diferenciación". "La biotecnología se ha centrado en la creación de valor de una manera que es asimétrica a otras industrias", señala, recordando que compañías como la que dirige pueden "literalmente gastar miles de millones de dólares en una década o más antes de que lograr algún tipo de éxito, y mucho menos de rentabilidad". ¿El secreto de Exelixis?, un modelo de negocio que intenta alejarse del convencional. Morrissey entiende que otras firmas del sector cuenten con la mentalidad de crecimiento "a cualquier precio", lo que puede también llevar a fracasos descomunales. "Queremos ser capaces de gestionar y mitigar el riesgo de cómo avanzamos, haciendo apuestas un poco más seguras que, con suerte, no fallarán tan a menudo", revela.

¿Cómo desarrollan estos compuestos, los comercializa y crea valor para el inversor?

Tenemos un equipo experimentado. En 2019 celebraremos nuestro 25 aniversario. Contamos con un amplio historial en el descubrimiento de fármacos, en el conocimiento de una variedad de sistemas biológicos, pero especialmente los tumores. Tanto el cabozantinib como el cobimetinib fueron compuestos que descubrimos en nuestros laboratorios. Entre 2002 y 2010, contamos con una plataforma de descubrimiento de fármacos muy profunda, donde invertimos mucho tiempo y dinero en el desarrollo de una gran biblioteca de compuestos. Nuestro objetivo era conseguir que parte de estos descubrimientos entraran en la fase I y la fase II de ensayos clínicos para luego poder asociarnos con grandes farmacéuticas.

¿Cuántos ingresos han generado en los últimos años estos dos compuestos, especialmente cabozantinib?

Esa ha sido parte de nuestra historia en los últimos tres o cuatro años. La biotecnología es un negocio muy arriesgado impulsado por una gran cantidad de datos: algunos ensayos funcionan, algunos no. Como industria, sus empresas siempre tienen la obligación de tener buenos datos. A mediados de 2015, conseguimos datos positivos con cabozantinib y el tratamiento del carcinoma de células renales avanzado. Esto nos hizo avanzar tanto con los reguladores estadounidenses como europeos hasta lanzarlo en EEUU. Antes firmamos nuestro acuerdo con Ipsen. Este fue un hito importante porque entre los ingresos estadounidenses, así como los de colaboración, donde se incluye el efectivo adquirido en términos de pagos iniciales y royalties de nuestros socios Ipsen y Takeda, cabozantinib ha generado 1.200 millones de dólares [unos 1.025 millones de euros] reales entre abril de 2016 y el segundo trimestre de 2018.

¿Qué supone esta inyección para Exilisis?

Ese dinero nos ha permitido pagar todas nuestras deudas, estabilizar la empresa desde un punto de vista financiero. Hemos sido rentables durante los últimos seis trimestres en términos operativos. Estamos gestionando de forma madura, asegurándonos de mantener nuestros gastos bajo control mientras generamos beneficios bastante sólidos y trabajamos en impulsar nuestro potencial en el futuro. El objetivo general, desde un punto de vista táctico, era convertir cabozantinib en un activo generador de efectivo y sanear así el negocio y el balance general.

¿Qué implica dicho futuro?

Buena parte de la caja se usará para seguir desarrollando cabozantinib. Esta es una molécula ampliamente activa. Hemos observado una reducción en 20 tipos diferentes de tumores, según distintos criterios. Por lo tanto, tenemos mucho interés en otros tratamientos, ya sea como agente único o en combinación con varias terapias. Pero también estamos buscando expandir nuestra cartera. Ya hemos logrado algunos acuerdos. Vemos más a futuro. Estamos muy interesados en construir una cartera de activos. Cuando nos centramos en cabozantinib en 2010, esa no era una estrategia. Era una táctica para poder reparar nuestro negocio. Eso nos diferencia de otras biotecnologías en este espacio.

Ha mencionado a sus socios, Ipsen y Takeda, ¿qué parte de los ingresos proviene de asociarse con grandes farmacéuticas?

En este momento, si tomamos como referencia los 1.200 millones de dólares, aproximadamente la mitad la hemos generado en EEUU y el resto a través de esos acuerdos en términos de anticipación hitos y royalties. Ha sido una forma muy importante de poder monetizar esos activos tempranos con compañías que han podido establecer organizaciones comerciales en sus regiones para que el medicamento llegue a los pacientes y generar así ingresos. Estamos entusiasmados con nuestra colaboración con Ipsen. Acaban de alcanzar un hito de ventas para mover los royalties hasta un rango del entre el 22 y el 26% en el futuro. Es una cifra bastante buena. Por cada 5 dólares que generan, básicamente obtenemos un dólar. Pero, obviamente, Ipsen está haciendo la gran mayoría del trabajo en Europa.

Con un balance sostenible, un compuesto como cabozantinib y una capitalización de 5.600 millones de dólares, Exelixis parece susceptible a ser comprada. ¿Buscan protegerse de una operación como la llevada a cabo por Takeda con Shire, por ejemplo?

Estamos en el negocio de generar valor. Como individuo, como consejero delegado, como parte del Consejo de Administración, puedo decir que en nuestro equipo de gestión somos agnósticos en términos de cómo generar valor. Obviamente, nos gusta ser independientes. Nos gusta poder hacer crecer el negocio y tener la mentalidad y el enfoque para hacerlo bien. Pero estamos aquí para servir a nuestros accionistas y nuestros pacientes creando valor. Si surge una oportunidad de creación de valor, tenemos la responsabilidad de considerarla. La independencia es algo que nos deleita, pero no es el objetivo absoluto.

El crecimiento de los ingresos en el segundo trimestre fue del 88% y el beneficio neto creció un 396%. ¿Cuán sostenibles son estas cifras?

No quiero predecir lo que va a suceder en el futuro. Este es un espacio altamente competitivo. Sin embargo, el sector de la oncología se ha convertido en la principal área cuando hablamos de productos farmacéuticos y biotecnológicos en términos generar ingresos. De hecho, en este momento, ha eclipsado al cardiovascular, lo que es sorprendente. Sin duda, estamos muy comprometidos a ser tan competitivos como podamos. Estamos muy hambrientos, somos una compañía joven. Somos pequeños, nos queda mucho por probar. Pero nuestro compromiso es hacer que todos los días cuenten a medida que ayudamos a los pacientes y, ciertamente, intentamos crear valor para nuestros accionistas.

¿Qué aspectos positivos pueden recuperar al título de la última caída, sobre todo después de que el equipo directivo, usted incluido, haya vendido gran cantidad de títulos?

He vendido una pequeña fracción de mis acciones, pero todavía tengo más de 4 millones en acciones y opciones, una gran parte de mi propia fortuna personal, en Exelixis, por lo que estoy muy entusiasmado sobre dónde llegará en el futuro. Si nos fijamos en lo que tenemos en marcha con nuestros ensayos y de cómo estos avanzan en términos fundamentales, el hecho de que ahora realmente estamos comenzando a dar un paso adelante desde una perspectiva de desarrollo comercial es bastante interesante. Aún así, este es un negocio de alto riesgo y alto desgaste, pero nos sentimos cómodos gracias a lo conseguido con cabozantinib hasta ahora.