La balanza se inclina de nuevo a favor de Europa. El peso de esta región dentro del Eco30 regresa a máximos como a comienzos de 2017, ahora que el principal selectivo europeo (el Stoxx 600) atesora casi un punto más de potencial que el americano (el S&P 500) y que, además, se compra más barato. Por primera vez en la historia del Eco30, el índice de bolsa mundial construido por elEconomista con datos de FactSet y calculado por Stoxx nacido en 2013, una empresa española logra, además, una plaza para afrontar el próximo semestre (ver página 10). El resultado de su décima revisión es una cartera que conjuga mayores expectativas de ganancias y mayor rentabilidad por dividendo, que el inversor podrá comprar con descuento gracias a un multiplicador de beneficio más bajo que el de sus comparables.
El Eco30, con una rentabilidad superior al 90% en sus cinco años de historia, que implica batir, además de a la bolsa estadounidense y europea, al MSCI World, hasta dieciseis cotizadas con sello europeo (cinco más que antes) formarán parte de la cartera del Eco30 hasta junio, poniendo fin, así, a la hegemonía de Estados Unidos en el último semestre. A pesar de que el incremento de los beneficios ha sostenido el noveno año seguido de ganancias en Wall Street, no ha sido suficiente para impedir que el PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) se encarezca. Un inversor que entre ahora en este mercado necesitaría 25,1 años para recuperar su dinero por la vía de las ganancias frente a los 18,7 años que precisaría en Europa. De ahí, en parte, que el peso de las cotizadas americanas en el Eco30 se reduzca, de trece a nueve. Completarán el índice una empresa canadiense y cuatro japonesas -la presencia de estos dos mercados se limita a un máximo de cuatro y se excluyen, además, las de países emergentes por la dificultad que encuentra el particular para incluirlas en su cartera-.