Santander sube un 22% en el año y BBVA casi un 16%. La diferencia entre los grandes bancos españoles es de algo más de 6 puntos incluso después de la volatilidad que sufrió la entidad que dirige Ana Botín tras comprar Popular y anunciar una ampliación de capital de 7.000 millones de euros. Las acciones de ambos cotizan a un PER (veces que el beneficio está incluido en el precio de la acción) cercano a las 12 veces y la rentabilidad que ofrecen sus dividendos es también similar -rondará el 4% en 2018 según las previsiones del consenso de mercado que reúne FactSet-.
España representó un 12,5% de la cifra de negocio del banco cántabro en 2016 -crecerá con la adquisición de Popular- y un 26,1% de la del presidido por Francisco González. Los dos están bajo el mismo paraguas regulatorio, el de la eurozona, ansían con la misma intensidad que el Banco Central Europeo (BCE) comience a normalizar su política monetaria y también los dos están expuestos a economías emergentes que no pasan por su mejor momento -Brasil y Turquía y México, respectivamente-.
Demasiadas coincidencias entre los dos bancos sistémicos de España. O al menos lo son para el 50% de las firmas de inversión que siguen su cotización, que ligan el futuro de Santander con el de BBVA, y viceversa, al emitir exactamente la misma recomendación sobre cada uno de ellos (ver gráfico). Tres de estas casas de análisis, JP Morgan, Fidentiis y Barclays, aconsejan comprar sus títulos. Otras tres, todo lo contrario, consideran que lo oportuno es venderlos. Siete coinciden en recomendar mantenerlos.
Dependiendo del plazo, la historia contradice y corrobora su postura. En los últimos 5 años, el primero repunta un 43% y el segundo prácticamente la mitad, un 20%. Si la comparativa se lleva más atrás, la homogenización de su comportamiento sí funciona. En la década, Santander cae un 44%, frente al 42% que retrocede BBVA.
Pero hay otro 50% de las firmas de inversión que cubren a estos dos bancos que discrepan sobre en cuál de los dos hay que estar. Una de las últimas en revisar la recomendación que emite sobre la entidad de Botín, Kepler Cheuvreux, se la redujo a mantener, desde comprar, tras conocer la operación con Popular, pero mantuvo la de reducir sobre BBVA. Goldman Sachs aconseja comprar las del primero y se posiciona neutral sobre el segundo, mientras que Sabadell y Société Générale son aún más radicales y recomiendan adquirir uno y vender el otro. También existen opiniones opuestas, más positivas respecto a BBVA que a Santander, como es el caso de AlphaValue, BPI o Jefferies.
Las principales diferencias entre uno y otro son las que tienen que ver con la exposición internacional. El comportamiento de las acciones del Santander está directamente relacionado con su presencia en Reino Unido, donde todavía no está descontado en toda su magnitud el impacto del Brexit, y, sobre todo, en Brasil, donde una nueva crisis política amenaza la recuperación económica. En el caso de BBVA, los impactos pueden llegar desde México, enfrasco en una guerra comercial con Estados Unidos, su aliado económico, y desde Turquía, que más que nunca otea el futuro entre Oriente y Occidente.
De cara a los próximos tres años, se estima que Santander hará crecer sus ganancias un 45% -aunque en estas previsiones todavía no están incluidas las sinergias que surgirán de la absorción de Popular- y que el beneficio de BBVA se incrementará un 55%.
Para la media del conjunto de analistas, ambos valores merecen la recomendación de mantener, pero, según la valoración que hacen de cada uno, Santander todavía tiene por delante un potencial alcista del 3%, mientras que BBVA estaría sobrevalorada.
Schroders se pregunta si sigue mereciendo la pena invertir en acciones bancarias. "Hemos visto las acciones de los bancos actuar bien recientemente, pero el sector sigue siendo el más barato del mundo en la actualidad y los balances han mejorado en los 10 años transcurridos desde la crisis financiera y los nuevos negocios rentables les han ayudado a generar un exceso de capital significativo", resumen Ian Kelly, gestor de fondos value de la firma.