Los alcistas empezaron ayer a salir de sus escondites pero les falta decisión para que el mini rebote de ayer se convierta en algo fiable. De momento, ni Asia ni el crudo se lo van a poner fácil.
Ayer fue el primer día tras estos primeros catorce del año en el que los alcistas empezaron a ver la luz al final del túnel. La razón fue sencilla: se empezó a ver un cierto rebote desde soportes de forma generalizada en Europa y más selectiva en EEUU ya que allí solo el S&P500 repuntó tras haber rozado sus mínimos de agosto de 2015. Esto invita a pensar que, ahora sí, hay grandes posibilidades de que, si se produce un rebote, sea sostenible en el tiempo.