El pasado viernes el terror que invadió las calles de París se trasladó a diferentes partes del mundo. Cinco días después del atentado, la alerta terrorista se mantiene vigente en varios países del planeta, sobre todo en Europa. El riesgo de que el dramático suceso vuelva a repetirse en otras ciudades se ha reflejado en el parqué desde el primer instante.
Empresas cotizadas dedicadas al ocio y al turismo, así como las aerolíneas, han sido castigadas por los inversores ante la erosión inmediata que la amenaza terrorista supone para sus negocios. "El origen de los movimientos que estamos viendo en compañías ligadas al turismo, a la seguridad ciudadana y al gasto militar es común: el miedo", explica Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank.