Las grandes marcas de lujo han pasado al ataque frente al descenso de las ventas en China. Su estrategia: reducir los precios de sus productos de alta gama para contrarrestar la fuga de consumidores a las marcas piratas y hacia plataformas de comercio electrónico como Alibaba. No en vano, el mercado chino es el más importante para grandes holdings como Christian Dior -consigue un 30% del total de sus ingresos en el gigante asiático-, Louis Vuitton -28%-, Swatch -37%- o Richemont -23%-. Eso sí, esta estrategia está castigando sus márgenes, que, según las estimaciones y de media, no recuperarán los niveles del pasado ejercicio hasta 2018.
Lujo sí, pero más barato. Es la consigna que se han propuesto cumplir las grandes firmas internacionales, sobre todo las europeas -que son en las que más pesa en el total de su cifra negocio el mercado chino- para combatir las imitaciones y también las compras por Internet a precios más reducidos, que están desinflando el tirón que han tenido los artículos de lujo en China en los últimos años.