Importantes caídas en las bolsas europeas en una semana en la que lo más destacable fue ver la cesión del soporte clave que el Dax 30 alemán presentaba en los 12.800 puntos, que era el clavo ardiendo al que se agarraban los índices del Viejo Continente para evitar desarrollar una consolidación más amplia hacia los mínimos de junio, algo que la cesión previa del soporte de los 3.330 puntos del EuroStoxx 50 ya nos avisaba de que era algo muy probable.
La cesión de ese soporte en el poderoso Dax 30 alemán, que hasta el momento es el que se asemejaba más al comportamiento de los índices norteamericanos, hace que aumenten considerablemente las posibilidades de ver una caída hacia esos mínimos de junio, lo que daría todavía un margen de caída adicional del 4% en el caso del EuroStoxx 50, hasta los 3.000-3.050 puntos, con un soporte intermedio en la base del canal en los 3.100 puntos.
Como venimos insistiendo durante las últimas sesiones, una caída a la zona de mínimos de junio puede desarrollarse sin que las bolsas europeas se despeinen, esto es, sin que realmente haya cambios dentro de la situación alcista que definen desde los mínimos de marzo. Ahora bien, si esos mínimos de junio son perdidos, esto es que el EuroStoxx 50 pierda los 3.000-3.050 puntos, ya no habría que hablar de una simple consolidación sino de una corrección en toda regla, en la que se abriría la puerta a una vuelta a los mínimos de mayo, que se encontrarían entonces a un 10% de distancia, tales como son los 2.710 puntos del EuroStoxx 50.
Un contexto bajista de ese calibre sería algo que no se podría descartar si finalmente Wall Street da su brazo a torcer, para lo cual el poderoso Nasdaq 100 debería perder, preferiblemente a cierre semanal, soportes que encuentra en los 10.500 puntos. No queremos ni imaginar lo que podrían sufrir las bolsas europeas en el caso de que Wall Street opte por corregir viendo las caídas de corto plazo sin que al otro lado del Atlántico se hayan perdido ni siquiera soportes como son los 3.200 del S&P 500.
Operativamente, en la zona de mínimos de junio en las bolsas europeas la ecuación rentabilidad riesgo podría comenzar a ser atractiva partiendo de que ahí se encuentra un soporte clave de corto/medio plazo que puede ser utilizado como stop. En ese entorno nos plantearemos iniciar compras si detectamos alguna evidencia técnica alcista pero teniendo claro que si se pierden esos soportes hay que vender o asumir una posible caída a los mínimos de mayo.