Ya han pasado siete meses desde que Francisco G. Paramés inaugurase un auténtico baile de sillas en el mundo de la gestión, con su salida de Bestinver el pasado 23 de septiembre, que fue secundado por otros gestores estrella como Iván Martín, con su marcha del Santander tan sólo un día después o Firmino Morgado, que abandonó Fidelity un mes más tarde. Desde entonces, los nuevos gestores que han asumido sus puestos ya han tenido tiempo suficiente para adaptar las carteras que heredaron a su gusto y los primeros cambios ya son visibles.
De los tres, el que ha pegado la vuelta más grande a la cartera recibida ha sido Fabio Ricceli que, lejos de ser un extraño para Fidelity, acumula 16 años de experiencia dentro de la casa. Pero como gestor del fondo más grande de bolsa española, el Fidelity Iberia, lleva desde el 3 de octubre (el mismo día que Morgado anunció su marcha). Y según los datos de Morningstar, ese mismo mes ya realizó las primeras modificaciones. Compró empresas como Grifols y BBVA, que a fecha de febrero (última cartera disponible) pesan un 5,34% y un 3,53%, respectivamente. Y se deshizo de pequeñas posiciones en hasta 22 empresas -lista que, con las ventas hechas en meses posteriores, engordó hasta las 37 compañías-, siendo las ventas más significativas las de Acerinox (que entonces suponía un 2,29% de la cartera) o ArcelorMittal (2,18%). En total, desde octubre hasta ahora, podría decirse que el equipo de este fondo ha deshecho posiciones por valor de 393 millones de euros.