El bono español cerró su cuarta semana consecutiva de subida de la rentabilidad, hasta el 1,78%. Ni siquiera los comentarios del BCE durante la semana consiguieron calmar las ventas.
A las puertas del 1,8%. Así acabó el viernes el bono español a 10 años, su cierre semanal más alto desde el 19 de diciembre. Los comentarios que realzó el martes Benoit Coeuré, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), no fueron suficientes para frenar las ventas, aunque sí calmaron mucho al mercado. El consejero de la entidad explicó que adelantarán las compras de los meses de verano a mayo y junio para así cumplir con su objetivo de comprar 60.000 millones de euros en bonos de la eurozona.
Sus palabras tuvieron un efecto balsámico en el mercado de deuda. De hecho, el bono alemán sí consiguió girar a la baja su rentabilidad (subir su precio), después de tres semanas al alza. El Bund cerró la semana en el 0,604%, frente al 0,624% de la semana anterior. Sin embargo, el bono español no consiguió revertir las ventas y acumuló su cuarta semana de subida de la rentabilidad, su peor racha desde junio de 2013.
Estados Unidos también vive pendiente de los comentarios de la Reserva Federal. La presidenta de la entidad, Janet Yellen, habló ante la prensa el viernes, pero su intervención fue neutral: "el ritmo de la normalización de la política monetaria podría acelerar o frenar en función de los indicadores macroeconómicos", explicó por enésima vez.
La rentabilidad del bono estadounidense sigue anclada entre el 2,3 y el 2,15%. Lleva ahí casi todo el mes de mayo, mientras los inversores esperan con paciencia a los siguientes datos económicos importantes que podrían decantar la balanza de la primera subida de los tipos de la Fed hacia antes o después de agosto.