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El reloj de la inversión en renta fija marca la hora de entrar en 'high yield'

  • El ciclo del mercado de deuda está en el punto en el que los bancos centrales desmantelan sus estímulos; a finales de año será el momento de cambiar la estrategia hacia deuda soberana

Los ciclos de mercado tienen una buena representación en un reloj. Como las horas de un día, aunque no con la misma precisión, los distintos momentos del mercado se repiten una y otra vez en los diferentes ciclos que tienen lugar en la economía y en las políticas monetarias de los grandes bancos centrales. Para cada una de estas etapas los expertos suelen tener una estrategia definida, y en renta fija pasa por decidir en qué tipo de bonos se va a invertir. Des- de Newton Investment Management, filial de gestión de inversiones de Bank of New York Mellon, utilizan el símil del reloj como un instrumento que puede ser de gran utilidad para el inversor a la hora de co-nocer en qué momento del ciclo se encuentra el mercado y decidir la composición de su cartera de renta fija.

La gestora considera cinco etapas dentro del ciclo: la del crecimiento, que se caracteriza por tener una política monetaria y fiscal acomodaticia por parte de los bancos centrales, una etapa a la que sigue un periodo que se caracteriza por el endurecimiento de estas políticas, una vez los reguladores monetarios empiezan a tomar conciencia de que la economía puede estar recalentándose. Es por ello que, en ese momento, ocurre que los señores del dinero empiezan a desmantelar los estímulos, etapa a la que sigue el periodo de deterioro en el crecimiento económico. Por ello es en ese momento en el que los bancos centrales empiezan a suavizar sus políticas, y esta es la clave que caracteriza la quinta y última etapa, con los banqueros centrales reaccionando ya ante las evidencias del frenazo económico. Este proceso termina cuando, en parte gracias a estos apoyos monetarios, regresa el crecimiento a la economía. Es en este punto cuando el ciclo se ha completado y se reinicia.

El momento actual

Desde Newton destacan cómo desde que empezó el año "hemos entrado en la tercera fase del reloj, la que se caracteriza por el desmantelamiento de los estímulos por parte de los bancos centrales", señalan. "El endurecimiento de las medidas" por parte de la política monetaria estadounidense "está causando estrés en los mercados emergentes que están expuestos a los préstamos de Estados Unidos", explican. De esta forma, la gestora considera que no es momento de acercarse a deuda de países emergentes, como tampoco lo es de hacerlo a los bonos soberanos globales: los precios están muy elevados tras muchos años de políticas de estímulo como los programas de compras de deuda (QE) como nunca antes se habían visto en Estados Unidos y en la eurozona, entre otras regiones. En este contexto, Newton opta por los bonos high yield corporativos.

De hecho, en lo que va de año, la categoría de renta fija que más sube, tomando como referencia los índices agregados de Barclays y Bloomberg, es la del high yield estadounidense, con un avance del 1,9%. Además de esta, sólo el agregado de China y el de Canadá tienen números verdes en 2018, con avances del 0,5% en ambos casos.

Dentro de la categoría de high yield global, teniendo en cuenta los vehículos que están disponibles a la venta en España, denominados en euros, con una inversión mínima no superior a 1.000 euros, y seleccionando aquellos fondos con más estrellas Morningstar, Nomura Fds Global High Yield es el más destacable este año, con una rentabilidad anual del 3,5%, y una ratio de costes totales -recoge las comisiones de gestión, de custodia y de auditoría- del 1,17%. Le siguen el Nordea 1 Intl HY, con una rentabilidad del 4,3%, pero tres estrellas Morningstar, el BGF Global High Yield Bond, con un 3,47%, y el Fidelity Global High Yield, con un 2,77%.

Ahora bien, el tiempo de invertir en este tipo de bonos no va a ser demasiado largo. Desde Newton consideran que la etapa, que empieza a las 09:00 horas del reloj, es el punto en el que los bonos del tesoro estadounidense "vivirán un rally", mientras "el crédito corporativo sufrirá grandes ventas a medida que el contexto económico se deteriora", explican, destacando además que "esto podría ocurrir en el cuarto trimestre de 2018, a medida que el mercado empieza a preocuparse por las previsiones de crecimiento económico para 2019. Entonces será capaz de hacer una previsión adecuada sobre el momento en el que la Fed dejará de subir tipos".

¿Qué se está vendiendo en España?

Aunque en el último año los expertos no se han cansado de afirmar que el ciclo económico y monetario era más proclive a la inversión en acciones que al de bonos, los datos muestran que los inversores siguen resistiéndose a hacer ese gran traspaso y, por tanto, a asumir algo más riesgo en sus carteras a cambio de lograr una mejor rentabilidad. Según los datos de Morningstar, los fondos de renta fija vuelven a ser los que concentran las mayores suscripciones a nivel mundial con 104.000 millones de dólares y lo mismo sucede con los ETF: los de renta fija se han quedado con 65.800 de los 269.00 millones de dólares que han captado estos fondos cotizados, lo que supone el 24% del total. Sin embargo el grueso de esas inversiones rara vez han ido a parar a esos activos de high yield que el reloj de la inversión en renta fija recomienda, sobre todo si el mercado que se analiza es el español, donde el perfil del inversor sigue siendo muy conservador.

Por ejemplo, analizando los fondos de renta fija más vendidos por las cinco mayores gestoras españolas (CaixaBank, BBVA, Santander, Bankia y Sabadell) se ve que lo que más se estila en las oficinas bancarias es colocar productos a plazos muy cortos para minimizar el impacto que la normalización monetaria pueda tener en sus carteras o fondos de renta fija muy diversificados en los que la deuda corporativa, normalmente de alta calidad crediticia, tiene un gran protagonismo. Por ejemplo, dentro de los fondos españoles el producto más vendido es Santander Renta Fija Corto Plazo, con entradas netas en el año por valor de 1.032 millones de euros, que cuenta con el 55% de su carteta invertido en emisiones de entre 1 y 3 años con un alto componente de diversificación ya que las diez mayores posiciones apenas acaparan el 11% de toda su cartera. Sin embargo, esa elevada diversificación no es suficiente como para compensar el efecto negativo que está teniendo el hecho de que sus dos mayores posiciones estén en deuda italiana, uno de los activos que más ha penalizado el mercado en los últimos meses. También se ve una alta diversificación en Caixabank Renta Fija Flexible con el añadido de que este fondo sí destina parte de su cartera, un 12%, a emisiones consideradas high yield. Eso sí, su exposición a una normalización monetaria es mayor ya que el 57% de la cartera está en emisiones con plazos superiores a los 3 años, aunque compensa el riesgo por el alto porcentaje, del 26%, que tiene en liquidez. Pese a todo, al igual que sucede con el fondo de Santander, tampoco consigue situarse en positivo este año: pierde un 0,5%.

La flexibilidad de la cartera también está detrás de los fondos que más están vendiendo en España las gestoras extranjeras cuyos clientes no solo son minoristas sino, sobre todo otras gestoras que compran estos fondos para ofrecérselos luego a sus clientes de banca privada o incluirlos en sus carteras de gestión o fondos perfilados. Entidades como Amundi o M&G Investments coinciden en la estrategia que más venden para el inversor español, ya que tanto Amundi Funds Bond Global Aggregate como el mítico M&G Optimal income invierten en deuda de manera flexible.

Todo lo contrario sucede con el fondo de renta fija que más vende JPMorgan en España. Se trata de JPMorgan Global Strategic Bond Fund, que se anota un 4% de rentabilidad este año con una clara apuesta por los bonos de EEUU y también de Japón tanto gubernamentales como, en el caso de EEUU, hipotecarios ya que cuenta con varias líneas de crédito en este tipo de activos. Además, la mayor parte de su patrimonio, un 40%, se concentra en deuda corportativa con una calidad crediticia media dispar ya que tiene cerca de un 30 en emisiones triple A y otro 30% en emisiones con calificación de "grado especulativo", acorde por tanto con el ciclo en el que según el reloj de Newton nos encontramos.

Menos flexible es el fondo más demandado de Deustche Bank. Se trata del conocido Deutsche Floating Rate Notes, que invierte como indica su nombre en bonos flotantes cuyo tipo de interés variable está ligado a la política monetaria de los bancos centrales, y que ya acumula entradas netas de dinero en los mercados donde está disponible por valor de 2.000 millones de euros. "En esta fase, esperamos que el Banco Central Europeo aumente los tipos de interés en septiembre de 2019. El fondo es capaz de cumplir su función de mitigar los efectos de la subida de los tipos", explica Christian Reiter, gestor del fondo. Eso sí, de momento, y pese a su baja comisión de apenas el 0,21%, tampoco consigue acumular ganancias en lo que va de año ya que, según Morningstar, pierde un 0,4% en este 2018.