La Organización de Países Exportadores de Petróleo -OPEP-, junto a otros grandes productores de crudo ajenos a la Organización, como Rusia, se reunieron ayer en San Petersburgo para analizar la situación del mercado de oro negro, de cara a tomar posibles medidas si lo consideran necesario para eliminar la sobreproducción en el mercado del recurso energético.
El encuentro, según se explica desde Bloomberg, ha desembocado en un compromiso de Arabia Saudí, el principal productor de la Organización, y del mundo, de recortar su exportación de crudo hasta los 6,6 millones de barriles, más de un 10 por ciento de rebaja, ya que es casi 1 millón por debajo de los niveles de 2016, en 7,4 millones de barriles, según los datos del propio cártel. El crudo reaccionó con subidas, del 1 por ciento aproximadamente para el Brent y el West Texas a media sesión de Wall Street, hasta los 48,5 y 46,3 dólares, respectivamente.
Previo a esta reunión se venía especulando con la posibilidad de que la Organización integrase a Nigeria y Libia en el acuerdo de recorte de producción, dos países que, junto con Irán, están exentos de participar. Esta posibilidad finalmente se descartó. Khalid al-Falih, el ministro de Energía e Industria saudí, declaró que siguen "apoyando a sus hermanos y socios", refiriéndose a ambos países, que durante los últimos años han visto su producción de crudo deteriorada por conflictos con guerrillas.
Sin embargo, el repunte de la extracción de los últimos meses por parte de ambos países no está viniendo nada bien a la estrategia de la OPEP, ya que en los últimos dos meses han aumentado la producción en 440.000 barriles diarios, según los datos que maneja Bloomberg. Libia tiene ahora el objetivo de alcanzar una producción de 1,25 millones de barriles diarios, casi un 50 por ciento por encima de la producción de junio, que fue de 840.000 barriles. Por su parte, el objetivo de Nigeria es alcanzar los 1,8 millones.