El ministro de Finanzas de Japón, Taro Aso, indicó en la sesión que está "preparado para llevar a cabo la intervención" si los movimientos del yen afectan a la economía y el comercio del país.
En concreto, Aso señaló en el Parlamento que "para Japón, la volatilidad excesiva en los movimientos del yen que afectan a su comercio, políticas económicas y fiscales (ya sean subidas o caídas del yen) no es deseable. Si se producen estos movimientos, Japón está dispuesto a intervenir en el mercado".
La noticia sentó como un jarro de agua fría para la moneda japonesa que se convirtió en la divisa más bajista del G-10 durante la jornada. En su cruce con el dólar, que es al que más atención prestan políticos y bancos centrales, se depreció un 1,2%. Pese a ello, el avance que mantiene en este cruce en 2016 roza el 11%, algo que, según Albert Enguix, analista de GVC Gaesco "es negativo para las empresas japonesas ya que pierden competitividad".
Al Nikkei sí que le sentó bien la noticia y concluyó con un alza cercana al 0,7%. Sin embargo, el selectivo de referencia japonés está lejos de apagar el farolillo rojo y desde que arrancó 2016 pierde casi un 15%.
El banco central no movió ficha
Hace apenas dos semanas, el Banco de Japón mantuvo intacta su política expansiva aunque retrasó su objetivo de inflación del 2% hasta entrado 2017 o incluso 2018. Antes del encuentro su gobernador, Haruhiko Kuroda, alertó de las preocupaciones de los funcionarios de la entidad con motivo de que las alzas de la moneda podrían afectar a la economía del país.
Entonces, Miguel Ángel Rodríguez, de Ethical Finance Institute, indicó que "antes o después la entidad bajará más los tipos o incrementará la base monetaria, incluso podría haber una intervención directa desde el Gobierno, por lo que el yen tenderá a debilitarse".
También se movió a la baja el euro frente al dólar perdiendo el nivel de los 1,14 dólares tras ceder en la sesión alrededor de un 0,2%. Y es que, con el permiso del franco suizo, el dólar se posicionó entre las monedas más alcistas, algo que desde Bloomberg consideran que se debe a que la Reserva Federal podría volver a incrementar los tipos este ejercicio.