Todavía es pronto para fiarnos de un eventual rebote a corto plazo y nos sorprendería mucho que a corto ya hubiéramos visto el suelo de la corrección que iniciaron las bolsas europeas a mediados de junio. El EuroStoxx 50 (SX5E.ST) aún no ha alcanzado la zona de mínimos de mayo en los 3.785-3.855 puntos, que es desde donde sí podría comenzar a valorarse la posibilidad de que se retomen las alzas, partiendo de la idea de que en el peor de los casos las caídas podrían profundizar hasta los 3.700/3.720 puntos. El riesgo en estos momentos es de un 6% mientras que el potencial hasta el objetivo que manejamos en próximos meses en los 4.575 puntos es del 17%.
En el caso del Ibex 35 hay que tener presente que la pérdida de los 8.500 puntos, cuyo alcance suponía haber asistido a una corrección idéntica a la que vimos en enero, es de todo menos algo alcista a corto y plantea un contexto en el que el Ibex 35 podría poner el contador del año a cero, algo que ocurrirá si alcanza los 8.073 puntos, que está dentro del rango de soporte que hace días venimos señalando que hay que vigilar, concretamente los 8.000/8.180 puntos.
Este segundo escalón que está formando el Ibex 35 (IBEX.MC) podría llevarlo en el peor de los casos a alcanzar la zona de mínimos de diciembre pasado y enero de este año en los 7.700 puntos. Hasta ahí el riesgo es de un 7% mientras que el potencial recorrido y recompensa hasta el objetivo de los 10.100 puntos es del 22%, que será mayor si las caídas siguen profundizando. Con un potencial beneficio que triplica el riesgo la ecuación rentabilidad riesgo invita a pensar más en comprar que en vender.