Al cierre de la jornada lo más destacable ha sido ver como las principales bolsas europeas se han mostrado incapaces de batir sus primeras resistencias de corto plazo, tales como son los 11.000 puntos del Ibex 35 (IBEX.MC) o los 3.615 puntos del Eurostoxx 50, de cuya ruptura depende que se aleje el riesgo de ver una consolidación de mayor calado en próximas semanas que podría llevar a las bolsas del Viejo Continente a lo que hemos denominado como la base del canal de Macron, esto es, el hueco que se abrió el pasado 24 de abril tras la primera ronda de las elecciones galas.
Lo visto en las primeras horas de negocio, en las que el Ibex 35 llegó a superar los 11.000 (máximos en 11.050) para luego caer a los 10.884 puntos, fue de todo menos algo positivo y el temor era que acabáramos viendo un fallo alcista en toda regla. Pero al cierre de la jornada todo ha quedado muy matizado ya que el Ibex 35 ha cerrado lejos de sus mínimos intradía, lo cual hace que no podamos hablar de un fallo alcista y deja las espadas en todo lo alto. Operativamente, seguimos esperando pacientemente a que se resuelva el debate de corto plazo para disparar la munición que tenemos (liquidez) tras la reducción de bolsa que hemos ido recomendando estas últimas semanas.