Situación de corto plazo:
El alcance de la zona de resistencia teórica de los 2.935-3.000 puntos del S&P500 (SP500.CH), que corresponde a una recuperación del 61,80-66% de toda la caída desde el techo del coronavirus en los 3.395 puntos, ha frenado las subidas de las últimas semanas y mucho nos tememos que este entorno pueda acabar siendo el techo del rebote de las últimas semanas.
A corto plazo no nos sorprendería que Wall Street trate de dar continuidad a ese rebote pero vemos complicado que de forma general los índices norteamericanos consigan marcar nuevos máximos en ese rebote. En el mejor de los casos podríamos ver como los índices tecnológicos lo logran pero dudamos que eso suceda en el Dow Jones Industrial (DJI.NY) o en el S&P 500. Si después de este rebote de corto plazo se pierden los mínimos que se marquen en la actual caída se vería confirmado que los máximos vistos la semana pasada habrían sido un techo del rebote y el punto de origen de una corrección que al menos debería servir para que el S&P 500 ajustara un 61,80-66% de todo el rebote, esto es, niveles de 2.450-2.500 puntos. Hasta ahí no somos partidarios de comprar renta variable estadounidense.
Situación tendencial:
La tendencia alcista que definen los principales índices norteamericanos desde marzo de 2009 se canceló en el momento que el S&P 500 perdió el soporte de los 2.700-2.730 puntos. En estos momentos Wall Street se encuentra dentro de una tendencia bajista de orden mayor que está ajustando parte del gran movimiento alcista que nació en los mínimos de 2009. Si atendemos a crisis históricas similares en el pasado entendemos que es difícil que el S&P 500 haga un suelo hasta la zona de los 2.040 enteros, cuyo alcance supondría una corrección de la mitad de toda la tendencia alcista que nació en los mínimos de 2009.