Los aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones de acero y de aluminio y el resto de medidas proteccionistas que podrían llegar amenazan con desatar un cúmulo de consecuencias de carácter impredecible en el mercado global, transformando por completo el ecosistema de determinadas industrias, impactando en las divisas, las materias primas y en el crecimiento económico. Por supuesto, los efectos también llegarán a España, y a muchas de las compañías cotizadas. Lanzado el órdago por el presidente norteamericano, Donald Trump, "el peligro está en cómo respondan otros países", aseguran desde Fidelity. "Los efectos indirectos son difíciles de cuantificar, pero parece claro que se extenderán al conjunto de la economía", observan en Bankia. "La historia económica muestra que las guerras comerciales no solo dañan al crecimiento global, sino que también son imposibles de ganar", advirtió Christine Lagarde, presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), esta semana, en un intento de rebajar la tensión. En España, las primeras reacciones son dispares, Acerinox celebra, ArcelorMittal sufre, los fabricantes de componentes para el automóvil aguantan la respiración, otras industriales se lamentan y los grupos de infraestructuras esperan lo peor.
Han pasado ya cerca de 30 días desde que el Departamento de Comercio de Estados Unidos aconsejó al presidente del país, Donald Trump, el establecimiento de aranceles al acero y al aluminio. En ese periodo de tiempo, y ante las dudas en el mercado sobre cómo acabarán reaccionando a estas medidas proteccionistas el resto de países con los que está atado comercialmente, ArcelorMittal y Acerinox han visto como la volatilidad de sus acciones se ha incrementado para acabar desencadenando un descenso cercano al 8,5% en el caso de la compañía que dirige Lakshmi Mittal y una subida del 3,4% en la que tiene al frente a Bernardo Velázquez. En capitalización, la mayor compañía siderúrgica mundial ha perdido cerca de 2.000 millones. Y es que, el mercado penaliza la incertidumbre.
"El impacto final de las propuestas arancelarias de Trump en la industria acerera va a depender de si en Europa se toman medidas similares que neutralicen el posible efecto derivado de que entren en su territorio productos que inicialmente iban hacia EEUU y que ahora van a tu mercado a precios más bajos", asegura Francisco Rodríguez, analista de Banco Sabadell. Sin embargo, los expertos son halagüeños en ese sentido. "No creemos que vaya a darse una escalada de la tensión que acabe desatando una guerra comercial; existe el riesgo, sí, pero lo vemos poco probable", asegura Roberto Scholtes Ruiz, estratega jefe de UBS, quien alude al "manifiesto exceso de capacidad productiva que hay a nivel internacional" para esgrimir este optimismo.
La medida dictada desde el Despacho Oval acarreará un incremento de los costes de producción en EEUU: "Su impacto será limitado y no tendrá efecto en los precios internacionales", afirma Scholtes. Algo que corroboran desde Banco Sabadell, desde donde también han encasillado ese incremento del precio del acero en el país norteamericano, algo que "mejoraría la rentabilidad de los productores locales", aseguran.
En este sentido, Acerinox es la empresa más afectada. Más del 60% de su beneficio bruto lo consigue en suelo norteamericano. De hecho, hay muy pocas compañías españolas que consigan una cuota de mercado tan amplia como la que tiene Acerinox en EEUU. Al ser un productor local, su mercancía no tiene que cruzar frontera alguna para ser vendida en el país. Por lo tanto, "esta medida proteccionista es positiva para la compañía, porque va a provocar una reducción de la oferta y, ante una demanda que se mantiene inalterada, los precios suben, lo que elevaría la rentabilidad de la compañía", explica Francisco Rodríguez. También está recibiendo el viento a favor del comportamiento del níquel, que cotiza en máximos de 2015.
ArcelorMittal también es productor en EEUU, pero el peso del país norteamericano en su beneficio bruto es muy inferior al de Acerinox. De hecho, ronda el 20%, por lo que este hipotético impacto positivo es menor. Además, en la compañía con sede en Luxemburgo también pesa que vende en la primera economía del mundo productos que importa desde otras plantas que tiene en Canadá, México y Brasil. Los dos primeros países han quedado exentos de las tasas arancelarias, pero a los productos procedentes del país carioca sí que afecta esta medida proteccionista, algo que contrarrestaría los hipotéticos efectos positivos.
Además, en ArcelorMittal también influye el alto peso que tiene Europa en su cuenta de resultados. El Viejo Continente representa un 49% de sus ventas, y las empresas más expuestas a este área geográfica podrían verse perjudicadas en caso de que se produzca un desembarco de compañías chinas ofreciendo sus mismos productos a precios inferiores.
Así ocurrió cuando se impusieron en Europa medidas antidumping contra las importaciones de tuberías y tubos sin soldadura de acero inoxidable procedentes de China. Si a un productor chino no le dejan meter su producto en un determinado país por la imposición de una tarifa que no le hace competitivo, lo que hace es irse a otro mercado. "Esto es algo que está cotizando Arcelor, que esta oferta pueda acabar inundando el mercado europeo", concluye el analista de UBS.