La estadística ha demostrado que en la mayoría de los casos en los que una compañía pierde su puesto en el Ibex esta recibe algún tipo de penalización, bien en forma de cotización o bien por la pérdida de atención de uno o varios bancos de inversión. El exilio del principal selectivo español suele cobrarse un precio, aunque solo sea en forma de notoriedad.
Sin embargo, las estadísticas también están para romperse. Almirall recibió la 'mala' noticia de salir del Ibex 35 el pasado 9 de junio y la expulsión se hizo efectiva el 20 de ese mismo mes. Treinta días después, la caída en bolsa tras esa 'mala' noticia ya se ha diluido al cotizar al cierre del martes un 2% por encima de lo marcado el 9 de junio.