Economía

Londres prepara una ofensiva fiscal por si al final se produce un Brexit abrupto

    El ministro del Tesoro británico, Sajid Javid. Foto: Reuters.

    Eva M. Millán
    Londres,

    El ministro del Tesoro británico ha sorprendido por partida doble en el congreso anual del Partido Conservador, al prometer una "respuesta económica significativa" ante una potencial salida de la Unión Europea sin acuerdo y mostrarse convencido de que habrá divorcio el 31 de octubre.

    Sajid Javid aprovechó ayer su debut en la asamblea para romper el ostracismo al que lo había condenado el centralismo impuesto por Boris Johnson y lo hizo reivindicando sus credenciales pro-Brexit, con la promesa de una ofensiva fiscal sin precedentes para mitigar los efectos que abandonar el bloque sin acuerdo generaría para la segunda potencia continental.

    Aunque su departamento se resiste a estimar el impacto de tal desenlace, Javid anunció una oleada de recortes tributarios, que complementaría con aumento del gasto. Eso sí, no dio pistas, ni de dónde sacará los fondos para financiar la campaña de estímulos, ni qué volumen será necesario para contener las consecuencias de una ruptura abrupta.

    "Con acuerdo o sin acuerdo, estaremos preparados", garantizó, certificando el cierre de una era en el Tesoro británico, departamento favorable al mantenimiento de lazos estrechos con la UE. La atención al detalle de su antecesor, Phil Hoja de Cálculo Hammond (uno de los 21 tories expulsados en septiembre), ha dado paso a una vocación más política. Pese a la ley que forzará al primer ministro a solicitar un retraso de la salida, Javid dijo "creer" conocer la fórmula prevista por Johnson para evitarse tal escarnio, de no haber logrado avances en el Consejo Europeo del 17 y 18 de octubre.

    Frente a los riesgos alertados por el propio Gobierno y el grueso de los expertos, el titular del Tesoro mantuvo que "lo irresponsable sería no materializar el Brexit". La oposición, de momento, no prevé presentar moción de censura, para centrarse en impedir una ruptura no pactada. Por su parte, la economía ofreció también un respiro: el crecimiento este año ha sido mejor de lo estimado, un 1,3%, aunque en el segundo trimestre el PIB se contrajo un 0,2%.