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En verano, ni muchos deberes ni "niñeras digitales", recomienda un psicopedagogo de la UAO CEU


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    Madrid,

    "Las vacaciones hay que aprovecharlas para descansar, pero, sobre todo, para cambiar de actividad. No es bueno no hacer nada", afirma el profesor de los grados de Educación y de Psicología de la Universitat Abat Oliba CEU, Ramón Novella

    El verano es el período de vacaciones más largo del año escolar. Son cerca de dos meses de descanso que, para los menores, además de merecidos, son necesarios. Como explica el psicopedagogo de la Universitat Abat Oliba CEU, Ramón Novella, "un niño en etapa escolar necesita descansar más que un adulto. Necesita cambiar de rutina ya que está en periodo de aprendizaje y adquisición de hábitos. Para rendir en condiciones necesita de estos periodos de vacaciones aunque a los adultos nos puedan parecer exagerados".

    La modificación de la rutina conecta con la idea de que las vacaciones deben implicar descanso, pero, sobre todo, cambio de actividad. "Lo que no es bueno es no hacer nada, o estar todo el día jugando a la consola o al ordenador. Hay que aprovechar el tiempo para hacer aquellas actividades que durante el curso no se puede", subraya Novella.

    Un cambio de aires que afecta también a las tareas estrictamente escolares. "En verano se pueden hacer deberes, pero los justos. Lo ideal es leer y, si se puede leer en familia, mejor", destaca este profesor de los grados de Educación y de Psicología de la UAO CEU. Ahora bien, "también es importante no romper radicalmente con el ámbito escolar". El hecho de que lo recomendable sea no cargarse de deberes no quiere decir que no sea "muy adecuado" mantener la lectura y la escritura en verano.

    No recurrir a "niñeras digitales"

    El verano, además, propicia un tipo de actividad que favorece la convivencia con amigos y familiares. Éste es un aspecto que hay que potenciar especialmente. Por esta razón, "hay que recordar a los padres que no pueden ocupar o entretener a sus hijos con móviles, tabletas o dispositivos, no son las niñeras digitales. Cada vez más, nuestros hijos necesitan convivencia familiar, mucho tiempo de dedicación a ellos", apunta Novella.

    El hecho de que la escuela esté cerrada no equivale a un paréntesis en la educación y formación de los niños. Al contrario, el periodo vacacional es un momento ideal para desarrollar aspectos que forman parte de un concepto integral de educación. El profesor de la UAO CEU se refiere, entre otros, al "orden, la comunicación en la familia, la generosidad, el buen uso del tiempo libre, la práctica del deporte o la gestión de los horarios".

    Desde el punto de vista familiar, el largo descanso estival representa la ocasión de disponer de un tiempo para comunicarse del que se carece a lo largo de año. "Todo esto también ayuda a conocer mucho mejor a nuestros hijos y ver qué aspectos de su vida conviene mejorar, como el aspecto emocional y la personalidad", destaca Novella.