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Isabel Martínez: "La educación es la llave para romper el círculo vicioso de la pobreza y la desigualdad"

  • En la India, la educación pública es de baja calidad

Carmen García
Madrid,

Sonrisas de Bombay es una organización sin ánimo de lucro que centra su acción conjunta con las comunidades de los slums de Bombay en la lucha pacífica contra la pobreza. Promueve el acceso a la educación y a la salud, así como el desarrollo socioeconómico, incluyendo campañas de sensibilización para denunciar la negación de los derechos humanos y la exclusión social sufrida por millones de ciudadanos de Bombay. Isabel Martínez, responsable del Departamento de Comunicación, explica con mayor detalle en qué consiste este proyecto.

¿Cómo surge la idea de crear Sonrisas de Bombay?

Sonrisas de Bombay nace de un proyecto personal y un poco por casualidad. Nuestro fundador y Director general, el periodista y escritor Jaume Sanllorente, fue de viaje a la India por vacaciones. En realidad, él quería ir a Sudáfrica, pero en la agencia le convencieron de cambiar su destino. En este primer viaje la India no le acabó de entusiasmar, pero Jaume decidió volver. Y en un segundo viaje tenía en mente la idea de escribir un artículo. Fue entonces cuando casi al final de su viaje entró en contacto con un orfanato con graves problemas económicos que iba a dejar en la calle a 40 niñas y niños, pasando a ser víctimas de las mafias de explotación de personas.

En el viaje de vuelta Jaume decidió que quería hacer algo para resolver esta situación. Y así lo hizo, y para ello dio un giro a su vida, dejó su trabajo, vendió su piso, fundó la ONG y se fue a Bombay. De esto hace ya trece años. Desde el año 2006, el orfanato es ya un proyecto sostenible, gracias a la construcción de una escuela, cuyas matrículas han sostenido también el centro.

Trece años después, Sonrisas de Bombay es un proyecto compartido, que en estos años ha conseguido que más de 8.000 personas se beneficien del mismo. La Fundación, que promueve también la ocupación en los slums de Bombay, cuenta con casi un centenar de trabajadoras y trabajadores y con casi 3.000 socios y socias colaboradores.

¿Por qué os centráis en la educación?

La educación es uno de nuestros ámbitos de trabajo. Y uno de los que ha formado parte de nuestra misión desde el principio. En Sonrisas de Bombay entendemos que la educación es la llave para romper el círculo vicioso de la pobreza y la desigualdad.

En el orfanato, ya apostamos por desarrollar un proyecto holístico en el que la educación era una pieza fundamental. Actualmente seguimos en la misma línea, pero hemos ampliado nuestra manera de incidir en este aspecto. Por una parte, reivindicamos y promovemos el derecho a la educación de niños y niñas. La educación en la India es obligatoria de los 6 a los 14 años, pero son muchos los niños y niñas, en especial las chicas, que abandonan por múltiples causas los estudios. Si las familias con poco recursos han de escoger, apostarán por la educación de los chicos. Muchas veces el matrimonio a edades tempranas también es lo que les aparta de los estudios. Y el denominador común la falta de recursos y de información. Por ello, trabajamos también con las familias para que conozcan sus derechos, los derechos del menor y las leyes de su país. Y también para, mediante el impulso de parvularios en los que escolarizar antes de los seis años, concienciar a las familias de lo importante que es para el futuro de sus hijos e hijas estudiar. Ir a la escuela es una apuesta a largo plazo, mendigar o trabajar les puede aportar unas rupias hoy, pero estudiar les dará oportunidades de verdad en un

futuro. La formación de la mujer para entrar en el mercado laboral formal también ha sido una de las apuestas de Sonrisas de Bombay.

¿Qué os diferencia de otra ONG que se dedique también a promover la educación en países e?

Más que la diferencia, a menudo lo que promovemos entre las ONG es el trabajo en red. Las causas por las que luchar son muchas y los recursos no llegan para todo lo que hay pendiente de hacer. Así que sumar esfuerzos y recursos es una gran estrategia a la hora de ir avanzando en la lucha contra la pobreza. En Sonrisas de Bombay, como en tantísimas otras organizaciones que actúan en India y en otros países, nos regimos por valores como la transparencia y nos esforzamos para ofrecer proyectos que garanticen una educación de calidad. Estos últimos años, hemos querido mejorar nuestro programa educativo y acompañar a los y las estudiantes en todas las facetas que pensamos que pueden suponer una auténtica mejora en sus vidas. Una de las características de Sonrisas de Bombay es la de poner el acento en lo positivo, a la hora de sensibilizar y de hacer pedagogía social, aquí y en Bombay, no recurrir a la pena sino motivar a la implicación y a la transformación desde valores positivos como el compromiso y la capacidad que todos y todas tenemos para cambiar las cosas.

¿Cómo funciona vuestro proyecto a rasgos generales?

Sonrisas de Bombay desarrolla en la India los proyectos de educación, salud, desarrollo socioeconómico, apoyo a víctimas del tráfico humano, incidencia y sensibilización, conjuntamente con comunidades de los slums del norte de la ciudad de Bombay. En España impulsa acciones de sensibilización, educación para el desarrollo y captación de fondos.

La implicación de la comunidad es fundamental para detectar necesidades, así como para diseñar y evaluar la implementación de los proyectos.

Nos financiamos a partir de fondos privados en un 97,8% (según datos de la Memoria de actividades 2016-17). Así que el apoyo de nuestros socios y socias colaboradoras y donantes es fundamental.

En el apartado de educación, contáis con varios programas, ¿en qué consiste cada uno?

Por una parte, impulsamos el proyecto de Educación preescolar. El curso acaba de comenzar el pasado 18 de junio, y este año empezamos a implementar un nuevo programa educativo para mejorar la calidad educativa en nuestros parvularios. El proyecto también incluye líneas de acción en el ámbito de la salud y la nutrición. Grupos de mujeres autogestionados son las encargadas de hacer el seguimiento nutricional del alumnado y de garantizarles una comida equilibrada al día.

También ofrecemos becas para fomentar el acceso a la educación de los 6 a los 14 años y una vez acabada la educación obligatoria, para que cursen estudios postobligatorios. Son los proyectos de Educación primaria y secundaria. En la India a menudo, la educación pública es de baja calidad o no está al alcance de todos. Por eso colaboramos con escuelas privadas al tiempo que reivindicamos una educación pública de calidad.

Además todos estos chicos y chicas becados participan en un programa de actividades extraescolar que les ayuda a desarrollar sus capacidades personales, y a construir relaciones sanas con su entorno. En estas sesiones ofrecemos formación en derechos y en múltiples cuestiones, como las relaciones personales o sexuales, que son claves para su desarrollo. Al mismo tiempo, se intenta que conozcan todos los recursos a su alcance para poder desarrollar su vida.

¿Contáis con ayudas de alguna organización o institución?

Sí, un 0,4% de los ingresos de Sonrisas de Bombay en el período 2016-17 fueron públicos. Más allá de los recursos económicos también impulsamos el trabajo en red con instituciones e organizaciones con las que tenemos objetivos comunes.

¿Cómo acoge la población de Bombay este proyecto?

Como decíamos anteriormente el papel de la comunidad es fundamental para el éxito de nuestra misión. Desde hace trece años hemos trabajado con la comunidad de los slums y con organizaciones indias con el objetivo de compartir el análisis de las necesidades a las que era necesario dar respuesta, y a partir de ahí, hemos trabajado conjuntamente para desarrollar los proyectos y evaluarlos. Son las comunidades las que han de liderar el cambio hacia una sociedad más justa. Por eso, la formación es fundamental para que las comunidades avancen en la reivindicación de sus derechos. En Sonrisas de Bombay establecer una relación de confianza con la comunidad ha sido prioritario desde el principio.

¿Qué formas hay para ayudar a Sonrisas de Bombay?

Las formas de colaborar son múltiples y os invitamos a entrar en nuestra página web sonrisasdebombay.org para profundizar en ellas. Todas las personas que quieran apoyar nuestra causa, pueden hacerse socias colaboradoras con una aportación mensual podemos hacer muchísimo. También se puede colaborar con donaciones puntuales. Las personas que tengan tiempo pueden colaborar con nuestra oficina en Barcelona como voluntarias o en los diferentes grupos de voluntariado que tenemos en Ávila, Asturias, Galicia, Madrid o Tarragona. Organizar un evento solidario también es una gran opción. También pueden colaborar las empresas financiando un proyecto. Las escuelas participando de nuestra red de Escuelas sonrientes e implicando a la comunidad educativa en nuestro proyecto...¡hay mil formas, y todas nos encantan!

¿Cómo conseguís ayudas, como por ejemplo, que los restaurantes se involucren?

Pensamos que lo primero es porque trabajamos con rigurosidad y transparencia. Y otro aspecto, que ya hemos comentado, tenemos una comunicación positiva que hace que muchas personas quieran sumarse a esta acción colectiva contra la pobreza. Trabajamos en contextos muy duros, pero ponemos el acento en el cambio que se está llevando a cabo y las ganas se contagian. Contamos con un departamento de Alianzas estratégicas que trabaja para ir vertebrando una red cada vez más sólida de apoyos entre el mundo empresarial.

Después de un tiempo con este proyecto funcionando, ¿cómo ha sido la evolución?

La evolución nos ha llevado a llegar a más de 8.000 personas con nuestros proyectos, que han experimentado cambios positivos en sus vidas. Ha habido mucho aprendizaje, tanto por parte de nuestro fundador, como de todo el equipo y de las comunidades de los slums. Actualmente queremos poner el acento en la realidad de las niñas que sufren la triple discriminación de pertenecer a las comunidades más pobres, ser menores y mujeres. Y también trabajar con las víctimas del tráfico humano, cuya situación de exclusión en los barrios en los que trabajamos es gravísima. Estos son nuestros retos y esperamos día a día sumar más apoyos que nos lleven a una transformación hacia un mundo más justo.