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Ser el mejor
- Somos las personas las que marcamos las diferencias.
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Cualquier empresa es la suma de su gente, de sus empleados. Esta premisa es aún más cierta en una consultora de comunicación. Somos las personas las que marcamos las diferencias. Siempre. Si esto es así, entonces por qué no potenciar al equipo humano y sacar lo mejor de cada uno. Si cada empleado se convierte en "el mejor empleado posible" conseguiremos ser la mejor empresa posible dentro de un determinado sector o país. No entiendo a las empresas que no potencian su capital humano. A los que van a por lo "bueno, bonito y barato" y que fichan al hermano de la novia del tío del amigo en vez de invertir tiempo y esfuerzos en encontrar el mejor talento posible, al mejor diamante en bruto para una determinada posición.
Esta actitud está muy relacionada con la cultura de la excelencia, con la visión y pasión de buscar al mejor y hacerle crecer y que se convierta todavía en mejor. Esto se consigue de forma natural si vienes de una cultura que potencia la excelencia. Desafortunadamente, en España tenemos más bien una cultura que favorece la mediocridad. Hay excepciones, pero generalmente ocurre demasiadas veces. También pasa en otras culturas donde ser "el espabilado", "el inteligente" o "el empollón" es considerado como algo negativo. En estas culturas se burlan de los mejores alumnos. Y el profesor, en vez de potenciarlos, los esconde, prestando atención al peor alumno.
Otras culturas en Europa, Asia y Estados Unidos, sin ignorar las necesidades de los alumnos menos capacitados, cogen al mejor estudiante y le retan, le potencian, le forman, generando un clima de admiración alrededor de su persona. Esta admiración viene tanto de sus compañeros de colegio, como de sus padres y profesores. Esto permite que gane autoestima y que quiera seguir siendo el mejor, y superarse a sí mismo. Esto es la cultura de pulir al diamante en bruto, de no estar satisfecho con ser un promedio más.
Para encontrar este diamante en bruto para el equipo humano en tu empresa hay que echar la red de una forma amplia, lo más extensa posible. En nuestra agencia, para puestos de entrada, posiciones junior e intermedias, esta red se expande gracias al uso de Redes Sociales y plataformas de recruitment como Infojobs, haciéndonos llegar hasta más de 1.000 currículos por candidatura. Usando filtros sobre las características deseadas para la vacante específica, llegamos a reducir los candidatos a unos 200 CV's que leemos en detalle y de los cuales llegamos a preseleccionar hasta unas 60 personas, que en un principio se adaptan a las características que buscamos.
Esto es una primera fase, que requiere esfuerzo, tiempo y criterio. Después pasamos a la fase de evaluación, que consiste en dinámicas de grupo, entrevistas individuales y pruebas de professional skills como copywriting, diseño o capacidad estratégica. Como resultado de este proceso, a veces ocupamos el puesto abierto y otras veces no, teniendo que volver a empezar de nuevo el proceso, porque no hemos conseguido encontrar a la persona adecuada. En otras ocasiones, nos quedamos con 2 o 3 personas en lugar de solo una. Las incorporaciones son siempre excelentes profesionales, quienes además encajan con la cultura de la empresa. Esto último no es un mero detalle, puesto que no fichamos solo a perfiles profesionales, sino a personas que suman. A delfines que naden juntos en una misma manada, en una misma dirección y hacia un mismo objetivo.
Después de invertir tanto esfuerzo en identificar a la persona adecuada, toca pulirla. Es el momento de formarla y sacar lo mejor que tiene dentro. Y esto requiere de formación continua. Las empresas que optimizan su capital humano tienen un plan de formación preestablecido que potencia las características tanto técnicas como humanas: liderazgo, teamwork, diversidad, etc. Estas empresas invierten tiempo y recursos en la implementación de este plan de formación. Es una decisión estratégica y que merece la pena. Es una inversión que da un retorno enorme y que permite marcar diferencias.
No solo hay que pulir el diamante al principio. Para que luzca a lo largo de toda su etapa profesional, hay que pulirlo continuamente. La formación nunca para. La empresa evoluciona y con ella es fundamental ampliar conocimientos y habilidades. Y sobre todo, es necesario retar a la persona para que crezca con la empresa. Esto es lo que hacen las empresas y consultoras de comunicación ganadoras.
Elaborado por Didier Lagae, CEO Marco de Comunicación.