Ecoaula

Brecha de género en la universidad: ¿cuál es su situación?

  • La presencia de la mujer en esta institución pública sigue siendo escasa.

Carmen García

María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, avisaba hace un año de que a pesar de que el Foro Económico Mundial situaba el año 2074 como aquel en el que hombres y mujeres alcanzarían la igualdad económica, en su última previsión, esta fecha ha sido retrasada hasta el año 2133. El índice de Brecha Global de Género del FEM, se presentó por primera vez en 2006 para medir la magnitud de brecha entre los dos géneros en términos de salud, educación, economía e indicadores políticos.

El cierre o la continuación de estas brechas se relaciona con las políticas nacionales adoptadas. El índice The Global Gender Gap Report evalúa 144 países que representan más del 93% de la población mundial. No obstante, a pesar de que ningún país ha conseguido cerrar totalmente la brecha de género, los países nórdicos ya han conseguido acabar con más del 80%: Islandia, Finlandia, Suecia, Noruega y Dinamarca, ocupan los primeros puestos de la clasificación. España ocupa el puesto 24 en superar el desequilibrio de género y avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres.

Este país ha conseguido durante este año 0,746 puntos de un total de 1 punto posible en lo que se refiere a la paridad, con lo que habría cerrado la brecha de género en un 74,6%.

En lo que se refiere a los estudios universitarios, es una realidad que la brecha de género existe al escoger las áreas de especialización. Según el último informe "Panorama de la Educación 2017: indicadores de la OCDE", la proporción de mujeres en Tecnología de la Información y Comunicación fue tan solo del 12% en 2015, siendo el 19% la media de la OCDE. El país ha retrocedido en logros educativos pasando del puesto 43 al 45. Además, uno de cada tres jóvenes de 25 a 34 años no llegan al Bachillerato.

Según el informe Científicas en Cifras 2015, en la carrera investigadora académica, la representación de las mujeres en la categoría de mayor rango continúa siendo baja, con un 21% de mujeres catedráticas en la universidad pública española. Además, en la actualidad, cinco de las 50 instituciones públicas en España están regidas por una mujer.

La brecha de género está visible en estas instituciones a lo largo de todo el país. La Universidad Autónoma de Barcelona cuenta con un total de 3.581 de personal docente e investigador, de los cuales 2.097 son hombres y 1.484 mujeres. Esta universidad es una de las cinco que tiene actualmente una rectora desde 2016: Margarita Arboix, catedrática de farmacología veterinaria. No es la primera que se estrena en un alto puesto, entre el 2008-2012, ocupó el mandato Ana Ripoll, catedrática de arquitectura y tecnología de computadores. Las mujeres que fueron investidas doctor honoris causa son 11 en un total de 101 investidos.

Dentro de la Universidad de Castilla La Mancha, el personal docente e investigador abarca 2.383 puestos, dentro de los cuales 1.381 son hombres y 1.002 mujeres, dejando claro, de nuevo, la brecha de género existente en la educación superior española.

La Universidad Politécnica de Madrid ha sacado un estudio llamado "Women at UPM" en el que muestran el lento, pero importante, progreso en la incorporación de trabajadoras en los niveles más altos de la carrera universitaria. Durante el periodo estudiado (2003-2015) el número de mujeres que se doctoran en esta institución aumenta seis puntos porcentuales, alcanzando el 36,30% respecto al total de los doctores. El índice de techo de cristal ha descendido de 2.35 a 2.22 en los últimos años, lo que confirma la incorporación del género femenino a las cátedras. Destaca favorablemente los datos de las mujeres que se han incorporado al Claustro, que alcanza un 26,80%. No obstante, su presencia en los órganos de gobierno sigue siendo baja, que se han estancado en un 5%. El porcentaje de trabajadoras se ha incrementado en todos los estamentos que forma el Consejo de Gobierno excepto para P.D.I que desciende un 4%.

La situación no varía demasiado analizando los datos en otras universidades, como por ejemplo la Universidad Politécnica de Cataluña que, según los datos de PDI, en ningún puesto las mujeres son más que los hombres excepto en profesor ayudante. En lo que se refiere a personal investigador, la media parece que se equilibra, sin embargo no llega a ser igualitaria. A pesar de que no han tenido en toda su historia ninguna mujer al mando del rectorado, están impulsando diversas campañas como #mésDonesUPC (másMujeresUPC) en las redes sociales, con el objetivo de dar visibilidad al talento femenino y aportar referentes en los ámbitos de la ingeniería, la arquitectura, las ciencias y la tecnología.

En la Universidad CEU San Pablo la brecha de género se sigue haciendo visible. El profesorado femenino ocupa un 46,4% frente al 53,6% masculino. Sin embargo, el equipo decanal de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales está formada por 4 mujeres y ningún hombre. Esta institución no tiene ninguna facultad que esté gestionada solo por hombres.

A pesar de que los datos no son del todo positivos, el techo de cristal empieza a resquebrajarse. Han pasado más de 35 años desde que Elisa Pérez Vera se puso al mando de la UNED (1982-1987). En la actualidad acceden más hombres que mujeres a las aulas, sin embargo, a la hora de optar a un doctorado los porcentajes se igualan para comenzar a descender tras este momento. Tan solo el 13% de las profesoras universitarias llega a ser catedrática, frente al 25% de los hombres.

La Universidad Europea parece estar más cerca de la igualdad que las mencionadas anteriormente. En total son el 50% del profesorado de esta institución. Mejora tímidamente dentro del Consejo de la universidad conformando un 57,14%. En cuanto a las rectoras, Cristiana Oliveira es la que ocupa este puesto en la Universidad Europea de Canarias.

La igualdad no está ni mucho menos conseguida y el techo de cristal sigue presente. A pesar de que con el paso del tiempo se han dado pequeños avances, ser mujer en esta sociedad parece que conlleva a una serie de situaciones negativas, como la discriminación laboral y salarial, violencias machistas, desempleo, precariedad, etc. Por ello es necesario empezar a concienciar a la sociedad de la importancia que tiene el papel de la mujer en cualquier ámbito de la vida y darle así la representación que merece.