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La formación y las TIC contra la despoblación

  • Sin duda la formación también puede jugar un importante papel en este cambio

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Madrid,

Los datos sobre la despoblación de las zonas rurales en España son contundentes. Actualmente, cerca del 90 por ciento de la población vive en o alrededor de áreas urbanas, dónde se concentran la mayoría de las infraestructuras, los servicios y la actividad económica de nuestro país. Ciertamente, la migración desde el campo a las ciudades a partir de la industrialización de mediados del siglo XIX ha sido una constante, y ha gravado a fuego la idea de que para tener un futuro mejor es imprescindible ir a estudiar y trabajar a la ciudad.

Sin embargo, algo ha cambiado en las dos últimas décadas y es la posibilidad que brinda internet de acceder y realizar cualquier actividad sin tener que desplazarse. Aunque la brecha digital ha acrecentado la brecha territorial debido a la deficiente, incluso a veces inexistente, conexión a la red en las zonas rurales, la solución a este déficit de conectividad podría ayudar a frenar el inexorable éxodo hacia las urbes.

Además, una de las consecuencias de la maldita pandemia ha sido la aceleración del proceso de digitalización de servicios y actividades, consolidando modelos de vida plenamente digitales o híbridos, en los que lo importante no es dónde se reside sino tener acceso a una buena conexión. Hoy en día, y gracias a la tecnología ya es posible comprar, trabajar, estudiar y entretenerse desde el salón de casa.

No se trata de que ahora todas las personas que nazcan y vivan en zonas rurales tengan que quedarse, renunciando a la posibilidad de buscarse la vida afuera como hicieron sus antecesores. Se trata de que puedan elegir entre permanecer o emigrar, sabiendo que las perspectivas de desarrollarse y ganarse la vida no serán tan distintas gracias a las nuevas oportunidades que brinda la red, y que la ecuación entre beneficios e inconvenientes de cada opción por primera vez se podría equilibrar.

Pero el verdadero impacto de este cambio de paradigma, gracias a la conexión digital, sería la posibilidad de establecer procesos migratorios inversos que permitan revertir años y años de pérdida de población de las zonas afectadas, poniendo en valor las bondades de vivir en un entorno rural pero sin tener que renunciar a las ventajas de vivir en la ciudad. Se afirma que las mujeres y los jóvenes son los principales motores de este cambio de paradigma.

Sin duda la formación también puede jugar un importante papel en este cambio ya que, en lugar de ser uno de los motivos que obligan, tarde o temprano, a tener que abandonar el lugar de origen, en la actualidad ya es posible acceder a través de internet a todos los ciclos y niveles formativos sin tener que desplazarse. Además, el éxodo temporal para formarse dejaría de ser la antesala del éxodo definitivo derivado de la necesidad de trabajar en lo que uno quiera o pueda, hasta ahora sólo posible en las ciudades.

Con la educación virtual y el teletrabajo, se puede poner fin a la idea de que una vida mejor pasa inevitablemente por marcharse de las zonas rurales, a la vez que también permitirían atraer nuevos habitantes a las zonas despobladas revirtiendo así el proceso de pérdida de población. De este modo, aquellos que quieran, pueden formarse y trabajar en el entorno rural sin tener que marcharse a núcleos de población mayores, manteniendo la vida en los pueblos (con sus escuelas, comercios e interacción social) y generando actividad económica (por ejemplo, mediante turismo rural, agricultura y ganadería sostenible, gestión forestal o servicios digitales).

Asimismo, en el ámbito de la educación, está ganando peso la formación continua como vía para que las personas sean capaces de adaptarse a los cambios, no sólo para mejorar o mantener sus puestos de trabajo sino incluso para reinventarse y llevar a cabo sus proyectos vitales. En este sentido, entre los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 se encuentra asegurar para todo el mundo el acceso igualitario a una formación técnica, profesional y universitaria de calidad que les permita acceder al empleo y el emprendimiento, para lo cual la tecnología y la enseñanza virtual juegan un papel relevante.

No se trata sólo de retener y recuperar habitantes, también se trata de recuperar la estima por vivir acorde al modo de vida que uno prefiera, con independencia de si se ha nacido en uno u otro lugar. Porqué la despoblación se puede combatir no sólo dando alternativas a los que no quieran marcharse, sino también dando motivos a los que les gustaría dejar atrás la vida urbanita e irse a vivir a un entorno rural, sin que ello signifique tener que renunciar a nada. Si el conocimiento nos hace libres, la formación es una buena vía para lograrlo.

Elaborado por Benja Anglès Juanpere, Vicedecano de programes emergentes y formación continua de la UOC