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El docente, eje principal para la innovación en el sector de la Educación
- La educación se está convirtiendo en el debate de moda, sobre el que todos opinamos
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Madrid,
En marzo de 2021 el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología lanzó su iniciativa HEI (Higher Education Institutions) con objeto de potenciar la capacidad de innovación e integración de estas instituciones en ecosistemas innovadores. Se financiarán proyectos que evidencien la capacidad de generar impacto social a nivel de reducción en emisiones de carbono, digitalización e inclusión. En este sentido, la universidad debe ser un actor ágil capaz de dar respuesta a las necesidades de la sociedad.
Así mismo, el martes 5 de octubre se ha celebrado el Día Mundial del Docente en un intento de poner en valor la labor esencial para nuestras sociedades de los docentes en todas las etapas educativas. En este contexto, reflexiono sobre el papel de la innovación en la educación superior, siendo el docente uno de los ejes principales en procesos innovadores.
Innovar, en su traducción del latín innovare, se define por la real academia de la lengua como "mudar o alterar algo introduciendo novedades" (Real Academia Española, 2019).
Desde el punto de vista académico, el paradigma tradicional centrado en la impartición de contenidos y teniendo al docente en una posición elevada dentro de un modelo vertical del proceso de enseñanza-aprendizaje fue descrita y cuestionada por Paulo Freire, como "educación bancaria". Este modelo de educación tradicional, que todavía prevalece en los distintos niveles educativos, asume que el profesor es el narrador de un conocimiento ajeno y estéril para los estudiantes, que actúan como meros receptores y depositadores de estos fragmentos de conocimiento (Freire, 1999). En contraste a este escenario centrado en los contenidos impartidos por el profesor, educadores influidos por el paradigma constructivista sitúan al estudiante en el centro del proceso. Los estudiantes son participantes activos en su propia educación, competentes, y que construyen significado en colaboración con el docente o facilitador, y con sus iguales. La tradición académica constructivista tiene un amplio recorrido y pioneros pensadores de la innovación educativa, como Vigostky (1978), Ausubel (1980) y Bruner (2006), realizaron una gran aportación, desde la definición de nuevos paradigmas hasta su relación con metodologías docentes y sin olvidar aspectos cognitivos.
Volviendo al docente, en esta persona reside el poder de colocarse en otro lugar, el del facilitador del proceso de enseñanza-aprendizaje y que ubica al estudiante en el centro, en realidad no se trata de una idea innovadora
La educación se está convirtiendo en el debate de moda, sobre el que todos opinamos, de forma similar a las dietas milagrosas, se proponen metodologías rápidas, elásticas, a prueba de todo docente y que funcionan con cualquier estudiante. Es en el docente y en el estudiante y en su íntima relación en el ecosistema del aula, ya sea presencial o virtual, donde reside la capacidad de generar el cambio en el sistema educativo que la sociedad necesita.
Se trata de las personas, el aprendizaje es emocional y los humanos somos seres sociales; la educación y sus innovaciones no pueden perder de vista a las personas. Investigadores y docentes, de la mano de estudiantes, pueden potenciar procesos de cambio desde las universidades que a su vez informen decisiones políticas basadas en evidencia científica sobre lo que realmente funciona en las aulas. Hagamos educación, innovación y políticas educativas basadas en un riguroso análisis que nazca de la profunda reflexión investigadora y al servicio de las sociedades e independientes de ideologías que poco tienen que ver con la realidad de los docentes y de las necesidades de los estudiantes.
Elaborado por Marta Lesmes, directora del Área de Educación y Humanidades de la Universidad Europea, profesora en la institución y representante de la Escuela Universitaria en Innovación Educativa de la Universidad Europea