Ecoaula
Estudiar un posgrado en una universidad de élite de Estados Unidos o cómo contraer una deuda de por vida
- Las universidades de mayor prestigio de Estados Unidos acusadas de ser ''depredadoras'' por sus altos precios y su escasa calidad formativa
Ana Flores
Madrid,
''Persiga sus sueños pero recuerde, puede cargar con una deuda de por vida''. Un eslogan con el que algunas universidades consideradas de élite en Estados Unidos podrían utilizar para promocionar su oferta de másteres.
Una reciente investigación realizada por The Wall Street Journal (WSJ) ha desvelado cómo desde algunas universidades, como la de Columbia, impulsan programas de posgrado, cuyos préstamos federales son de seis cifras, que después los graduados no pueden pagar porque no consiguen empleos que logren cubrir la deuda.
Según los datos que aporta WSJ, los recién graduados de programas de cine de la Universidad de Columbia que obtuvieron préstamos federales para estudiantes tenían una deuda promedio de $ 181,000 (aproximadamente unos 152.000 euros). Sin embargo, dos años después de obtener su maestría, la mitad de los prestatarios ganaban menos de 25.350 euros al año.
Columbia tiene más programas de posgrado con altos niveles de endeudamiento, en campos mal pagados, que cualquier otra de las universidades que conforman la prestigiosa conferencia deportiva, Ivy League -Harvard, Yale, Columbia, Pensilvania (UPenn), Brown, Princeton, Cornell y Dartmouth-.
El 43% de las personas que contrajeron un crédito para cursar un posgrado en estas universidades privadas, no habían pagado ninguna de sus deudas originales
El artículo de WSJ ha sacado a la luz –tomando como ejemplo el caso de un estudiante de cine- cómo las universidades consideradas de élite continúan inflando los precios de sus posgrados porque los estudiantes pueden solicitar préstamos federales ilimitados. Esto tiene como resultado que muchos de ellos terminen contrayendo una deuda por estas titulaciones de máster de hasta 250.000 euros que han de pagar con salarios que están por debajo de los 50.000 euros, en el mejor de los casos. Ahora bien, si no se devuelve el préstamo en los 20 años estipulados para ellos, son los contribuyentes quienes soportarán las pérdidas.
Y es que al menos el 43% de las personas que contrajeron un crédito para cursar un posgrado en estas universidades privadas, no habían pagado ninguna de sus deudas originales o estaban atrasados en los pagos casi dos años después de haberse graduado.
El debate que se ha formado en las redes acerca de esta cuestión va en diferentes vertientes. Por un lado, están aquellos que acusan a las universidades de prestigio de EE. UU. de haber convertido sus programas de máster en lo que califican como ''cash cow'' (vacas de efectivo), haciendo referencia a un término de la jerga comercial. En este caso las críticas se dirigen a cómo las universidades ofrecen un producto –los másteres- para los que he desembolso es muy pequeño mientras generan un retorno constante de ganancias, superando con crecer esa partida inicial. Precisamente esto ocurre, porque tal y como se ha adelantado, las deudas no recaen en ningún caso sobre las universidades sino en última instancia a los contribuyentes.
Las escuelas están permitiendo que los estudiantes obtengan préstamos de 250.000 euros para un Máster de Bellas Artes, por ejemplo, cuando es uno de los sectores con más baja empleabilidad y, desde el mundo educativo describen esta situación como una ''estafa''.
La cuestión es que cursar una maestría en los Estados Unidos, especialmente para estudiantes internacionales, parece prometer un trabajo a la altura de la inversión que realizan los alumnos, pero nada más lejos de la realidad.
En estas universidades, muchos escritores profesionales se mantienen a sí mismos no escribiendo libros y artículos, sino enseñando a estudiantes en programas de MFA (Master of Fine Arts o Máster en Bellas Artes) que han pedido préstamos de decenas de miles de dólares para aprender a ganarse la vida escribiendo libros y artículos, lo que tiene como resultado un uróboro.
Otras críticas que se han generado alrededor de esta cuestión es que desde las propias universidades emplean una retórica casi gimnástica para convencer a estudiantes y profesores de que no son ''depredadores'' -predatory- (calificativo que emplean para referirse a estas universidades). Pero, cabe preguntarse, cómo un MA (Master of Arts o Maestría en Artes) que carece de financiación, ni tampoco se enfoca hacia la industria y cuyos graduados terminan endeudados y rara vez trabajan en ese campo, puede ser calificado de forma diferente.
Hay cientos de programas de posgrado en Bellas Artes que capacitan a las personas para carreras ya sea como escritores, actores o artistas. Muchos de ellos cobran una matrícula desorbitante dejando a los graduados con una deuda sustancial. El problema reside en que nadie rastrea cuánto piden prestado los estudiantes para asistir a estos programas, o cuánto ganan después de graduarse. Lo mismo ocurre para la mayoría de los otros programas de maestría, como es el caso de las facultades de derecho, entre otras.
Un ejemplo de este tipo de programas ''depredadores'' que se revisten de prestigio es el que oferta la Facultad de Derecho de Pepperdine Caruso (universidad privada en Malibú, California). Según versa en su página, ''el programa en línea de Maestría en Estudios Legales permite a los no abogados desarrollar experiencia y credenciales legales superiores para avanzar en el campo elegido'', pero el resultado de dichos estudios es una deuda, no un certificado profesional para ejercer.
Lo que estos programas tienen en común es que utilizan un atractivo márquetin para los jóvenes y, además, prácticamente no tienen casi ninguna presión externa que les obligue a asegurar que la educación que ofertan será de alta calidad y los conducirá -a los graduados- a trabajos que paguen lo suficiente para financiar los pagos de los préstamos estudiantiles.
El programa federal de préstamos Grad Plus no establece un límite fijo en cuanto a la cantidad que los estudiantes de posgrado pueden pedir prestado
Tal y como mencionan en el WSJ, a estos problemas también conviene añadir que, aunque los estudiantes de pregrado durante años se han enfrentado a saldos de préstamos disparatados, son ahora los estudiantes de posgrado los que están acumulando las cargas de deuda más cuantiosas.
A diferencia de los préstamos para estudiantes de pregrado, el programa federal de préstamos Grad Plus –creado por el Congreso en 2005- no establece un límite fijo en cuanto a la cantidad que los estudiantes de posgrado pueden pedir prestado. El Grad Plus se ha convertido en el programa federal de préstamos para estudiantes de más rápido crecimiento y ha llegado a cobrar unas tasas de interés de hasta el 7,9% en los últimos años.
La batalla del gobierno estadounidense
Frente a las universidades con fines de lucro ''depredadoras'' la administración de Obama libró una batalla para ponerle fin. Las reglas de la administración Obama sobre las universidades con fines de lucro se basaban en dos medidas estadísticas de los programas individuales. La primera, en cuánto dinero deben gastar los graduados típicos del programa en pagos de préstamos estudiantiles cada año y la segunda en cuánto ganan en el mercado laboral dos años después de graduarse. Si el resultado de esa ''relación deuda-ganancias'' era demasiado alta durante varios años, es decir, que los graduados necesitan gastar demasiado de sus ingresos para pagar préstamos, entonces el programa no es elegible para recibir ayuda financiera federal.
En esa línea y bajo una de sus promesas durante su campaña electoral, la condonación de las deudas estudiantiles, la administración de Joe Biden anunció hace tan solo unos días que están aprobando más de 1.800 solicitudes de condonación de préstamos para estudiantes prestatarios que asistieron a tres escuelas diferentes: Westwood College, Marinello Schools of Beauty y Court Reporting Institute, todas ellas con fines de lucro. Los prestatarios tendrán el 100% de sus préstamos cancelados, recibiendo aproximadamente $ 55.6 millones (unos 47 millones de euros) como alivio de la deuda estudiantil.
El reglamento ordena al secretario de Educación que condone la deuda de préstamos estudiantiles federales en casos de mala conducta universitaria
Para ello el Departamento de Educación de Estados Unidos está utilizando el reglamento de ''borrower defense to repayment'' o "defensa del prestatario al reembolso", también conocida como ''borrower defense'' o "defensa del prestatario", para otorgar esta condonación. Según la Ley de Educación Superior, el secretario de Educación tiene la autoridad para saldar la deuda de los prestatarios que fueron defraudados o engañados por su colegio o universidad.
Este reglamento de defensa del prestatario es una herramienta clave para que para que desde el departamento protejan a los prestatarios de tener que pagar una deuda que debería ser perdonada debido a las acciones de las universidades ''depredadoras''. El reglamento ordena al secretario de Educación que condone la deuda de préstamos estudiantiles federales en casos de mala conducta universitaria. Esta regulación ha existido desde 1994 y el derecho a la defensa del prestatario se ha escrito en el pagaré de cada prestatario de Préstamo Directo federal desde entonces, su mayor uso fue catalizado por un solo evento catastrófico: el colapso de 2015 de Corinthian Colleges, Inc., una gran cadena universitaria con fines de lucro con un historial de fraude y mala conducta hacia sus estudiantes y que terminó cerrando sus 28 campus de forma definitiva.
Si bien el Gobierno estadounidense está avanzando para cumplir su promesa de condonar las deudas estudiantiles, aún queda un camino largo por recorrer. Desde el sindicato Debt Collective, que lucha por cancelar el 100% de los préstamos federales y privados que han contraído los estudiantes y reclaman que la educación en Estados Unidos sea completamente pública.