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Francisco García: "La LOMLOE no es la ley que nosotros habríamos hecho"
- La profesión docente del siglo XXI tiene que ser objeto de revisión y de negociación
Carmen García
Madrid,
El 13º Congreso de la Federación de Enseñanza ha renovado el mandato de Francisco García Suárez como secretario general. Representantes sindicales de todos los territorios han dado su apoyo a esta candidatura y han trazado el mapa de ruta de lo que será el trabajo de FECCOO para los próximos cuatro años.
¿Con qué objetivos principales comienza esta etapa de reelección?
Tenemos varios retos por delante, todos de importancia, En primer lugar, reducir la temporalidad en el empleo público, en general, y especialmente dentro del sector educativo. Tenemos ahora mismo, en los diferentes sectores de la enseñanza pública, una temporalidad que se sitúa en el 27,7%, un dato altísimo que está por encima incluso de la existente en los sectores privados. Y tenemos el reto de reducir esa temporalidad a cifras más razonables que podrían estar en torno al 8%. Para eso hacen falta ofertas de empleo público y sistemas transitorios de acceso que permitan reconocer suficientemente la experiencia de quienes en este momento ocupan esas plazas.
Los desarrollos normativos de la LOMLOE forman parte también del paquete de medidas que tenemos que ver en el futuro más inmediato. Dentro de ellos quisiera destacar el desarrollo de los nuevos currículos que tienen que ser más abiertos, más flexibles, más útiles para la sociedad del conocimiento, para el momento que vivimos de transición medioambiental y digital, y que por lo tanto, deberían ser unos currículos menos anclados en los contenidos y más en las competencias que debe tener el alumnado cuando sale de los colegios y de los institutos.
Los estatutos docente y del PDI, es decir, la regulación de la profesión docente es un debate que necesariamente debemos tener sobre cómo se regula la profesión docente en el futuro. La profesión docente del siglo XXI forma parte también de estos objetivos principales que hay que abordar junto con una nueva ley que va a regular la educación superior, que el ministro de Universidades parece que va a poner sobre la mesa, y una nueva ley de Formación Profesional que es imprescindible en nuestro país.
Hay que estimular a que el alumnado vaya a las enseñanzas profesionales que tienen una alta tasa de empleabilidad. Faltan técnicos de Grado Medio y de Grado Superior en España, y hay un 16% menos de estudiantes que eligen enseñanzas profesionales, si lo comparamos con los países de nuestro entorno. Debemos poner en valor la Formación Profesional, avanzar en la integración de los tres subsistemas que hay y modernizar la FP, que es uno de los retos principales que tenemos de cara al futuro más inmediato.
¿Cuál es el compromiso de FECCOO para los próximos cuatro años?
En primer lugar, como organización sindical queremos seguir trabajando en la mejora del empleo y de las condiciones laborales y retributivas de todos los trabajadores y las trabajadoras del sistema educativo. Durante la etapa de los recortes, entre los años 2010 y 2019, se perdieron 117.000 empleos públicos en nuestro país. En el sector educativo llegamos a perder en torno a 35.000 profesores y profesoras que poco a poco vamos recuperando. Esto, junto con la mejora de las condiciones laborales y retributivas de los trabajadores y trabajadoras de la educación erosionados por los recortes, es un primer objetivo que como organización sindical tenemos cuando hablamos de mejorar el empleo. Además, es un buen momento para, a través de ofertas de empleo público y de la ampliación de las plantillas, rejuvenecer las plantillas docentes.
Abordar el debate sobre el modelo de profesión docente del siglo XXI a través de la negociación de unos estatutos, tanto de la educación no universitaria como del personal docente e investigador de las universidades, es para nosotros un objetivo central. Desde nuestros orígenes pensamos que debería haber un estatuto de la profesión docente que dibujara las reglas del juego, el perfil de la profesión que regulara desde la formación inicial docente, pasando por el acceso y la definición de un modelo de carrera o de desarrollo profesional. La profesión docente del siglo XXI tiene que ser objeto de revisión y de negociación y, desde luego, es uno de nuestros compromisos más importantes para los próximos cuatro años.
Por último, dada nuestra dimensión de organización y de sindicato sociopolítico, vamos a seguir trabajando por un sistema educativo inclusivo que refuerce la equidad, la igualdad de oportunidades y la escuela pública, pues es otro de nuestros grandes objetivos.
¿Cuál es la postura de FECCOO en cuanto a la LOMLOE?
Siempre hemos dicho que la LOMLOE no es nuestra ley, ya que, aunque vemos con alivio que se deroga la LOMCE, echamos de menos algunas cosas: que la ley no habla del profesorado, aunque hay un compromiso de hablar de la profesión docente que se recoge en una disposición de la ley. Tampoco se habla de financiación. En fin. No es la ley que nosotros habríamos hecho.
Pero, con todo, nos parece una ley que mira al futuro, que plantea de forma más clara poder atender a los retos de una sociedad en la que hay que hacer cambios acelerados, no solo en el sistema productivo, sino en la propia estructura social; cambios tecnológicos... Nos parece una ley más adecuada para abordar los retos que nos plantea la sociedad actual.
¿Qué aspectos de esta nueva ley educativa va a revisar este organismo?
El primero, los currículos. Ya hemos hablado de la necesidad de superar esos currículos enciclopédicos de la LOMCE y que necesitamos ir hacia unos currículos por competencias. También necesitamos regular las enseñanzas artísticas superiores. Necesitamos desarrollar la Adicional que habla de la profesión docente, para que se concrete en un acuerdo sobre un estatuto docente sobre el modelo de profesión, cosa que ya he señalado, porque nos parece que eso es uno de los cambios más necesarios.
"Los cambios en la profesión docente pueden tener muchísima relevancia para el sistema educativo"
Si alguien me dijera "elija usted una cosa sobre la que habría que intervenir antes que sobre cualquier otra", tendría que decir dos: la financiación y el profesorado. Los cambios en la profesión docente pueden tener muchísima relevancia para el sistema educativo. El profesorado es la clave de bóveda del sistema y todo lo que invirtamos en mejorar la profesión tendrá un impacto muy importante.
¿Qué características del sistema educativo es necesario cambiar hoy en día?
Sumado a los que he comentado en la pregunta anterior, el tema de la financiación. Sin recursos no hay resultados. Si alguien me dijera cuál es la prioridad, pues yo devolvería una especie de trabalenguas diciendo: "la prioridad sería reconocer que la educación es una prioridad". Y eso solo se hace o se puede hacer desde dos lados: primero, apostando por una financiación suficiente en nuestro país, que invierte todavía casi un punto del PIB por debajo de la media de los países de nuestro entorno en educación, que son unos 11.000 millones de euros menos, lo que se nota mucho. Por lo tanto, el primer cambio sería que la sociedad y las fuerzas políticas entendieran que la educación debe ser una política prioritaria y que eso se expresa con una financiación suficiente, que en nuestro país no tenemos, lo que constituye, además, un retraso histórico.
"La educación es una prioridad que debería llevar aparejado un cierto consenso social y político"
Y, en segundo lugar, poner énfasis en que la educación es una prioridad que debería llevar aparejado un cierto consenso social y político que articule un pacto por la educación que dé estabilidad a nuestro sistema educativo, para que cada vez que haya un cambio de gobierno no haya que cambiar de rumbo, volver a dar un golpe de timón y modificar la ley educativa. Llevamos ya unas cuantas en la historia de nuestra democracia y creo que estas dos cuestiones me parecerían cambios de cultura e incluso política importantes, financiación y consenso social y político que articulen un pacto que dé estabilidad a nuestro sistema educativo.
Junto a esos retos, reforzar la Formación Profesional. Me parece que en este momento es una de las prioridades más interesantes e importantes, incluso para dibujar un sistema productivo a la altura de los retos que tenemos para encarar el futuro. Y cambiar la formación inicial del profesorado, ya lo he dicho y lo volvería a señalar.
De la misma manera, hace falta cambiar el paradigma de la enseñanza de una educación memorística que en este momento ya es inútil. Una educación en la que se trata de acumular datos cuando al final es más importante desarrollar capacidades y habilidades para seleccionar los datos, a seleccionar la información que es importante y distinguirla de la que no es pertinente. En fin, dotarnos de competencias clave que preparen al alumnado para un entorno social y productivo cambiante.
¿Cuáles son los retos a corto plazo que se marca como secretario general de FECCOO?
El primer reto en este terreno sería, en mi opinión, poner en valor el trabajo de los sindicatos. No siempre es suficientemente valorado. Conseguimos avances, acuerdos, reformas importantes, conseguimos mejorar las condiciones laborales y retributivas de los trabajadores y trabajadoras, y mejoras para el sistema educativo… y a veces eso no tiene la visibilización necesaria para poner en valor el trabajo de las organizaciones sindicales.
El segundo reto tendría que ver con reforzar la presencia del sindicalismo sociopolítico y reivindicativo que forma parte de las señas de identidad de las Comisiones Obreras. Y hacer eso en un sector como el educativo, que tiene una importancia estratégica, es importante. Somos la primera organización sindical del ámbito educativo y tenemos el reto de seguirlo siendo en el futuro y consolidar este modelo de sindicalismo sociopolítico.
"Somos la primera organización sindical del ámbito educativo y tenemos el reto de seguirlo siendo en el futuro"
Lo que queremos decir al afirmar que somos un sindicato sociopolítico es que no nos ocupamos solo de los trabajadores y las trabajadoras del sector educativo, sino de la promoción de la educación como uno de los principales pilares del Estado social.
¿De qué forma se puede conseguir que se reduzcan las ratios y se amplíen las plantillas para afrontar el nuevo curso escolar?
Desde CCOO ya definimos que para garantizar durante este curso una presencialidad segura había que tomar medidas higiénico-sanitarias drásticas y reducir las ratios. Planteábamos que había que reducirlas a 20 estudiantes por aula y que para eso harían falta 71.000 docentes en el conjunto del país. Conseguimos, después de diversos procesos de movilización en muchas comunidades autónomas, que se contrataran 37.000 profesores y profesoras, lo que no ha sido suficiente para reducir de forma generalizada las ratios de estudiantes por aula.
Así, durante este curso ha habido segmentos educativos, como una parte de la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato, que han estado en una situación de semipresencialidad. Habría que recuperar la presencialidad completa en la educación no universitaria consolidando las ratios bajas por razones sanitarias y educativas. Por lo tanto, no solo habría que mantener los 37.000 profesores que se contrataron este año, sino llegar hasta 71.000 para conseguirlo de manera adecuada.
Cabe recordar que España es uno de los dos países de la Unión Europea donde la educación no ha estado confinada en ningún momento este curso y retroceder sobre las medidas que han garantizado esta situación no parece razonable por razones sanitarias, porque la pandemia no ha terminado.
No olvidemos que, durante el confinamiento, el alumnado se ha visto perjudicado por la no presencialidad, especialmente aquel que está en situación de desventaja social. Mantener de momento las ratios bajas ayuda a que haya una educación más personalizada, a que se pueda atender mejor al conjunto, pero especialmente a quien presenta problemas de aprendizaje por diversas circunstancias. Por lo tanto, ya sea por razones sanitarias o educativas, habría que mantener las ratios bajas durante el próximo curso y los siguientes.
En el ámbito de la organización interna ¿qué objetivos se ha propuesto?
Yo creo que el reto que tenemos en el ámbito de la organización interna es dotarnos de estructuras más flexibles para atender mejor a las nuevas realidades laborales. En segundo lugar, la necesidad de reforzar también los ámbitos de cooperación entre federaciones y entre estructuras del sindicato para atender a temas transversales, como por ejemplo, estamos viendo ahora con la Formación Profesional. Y, en tercer lugar, mejorar los mecanismos de rendición de cuentas y de transparencia hacia nuestros afiliados y afiliadas, y hacia el conjunto de la sociedad.