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La Internacionalización del Sector Universitario: el sector desconocido
- Desde el sector público cabría invertir más en la visibilidad y promoción de nuestras instituciones universitarias
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Madrid,
España es de los países de la UE con el porcentaje más bajo de estudiantes extranjeros (no llegan al 3%) en su sistema universitario, mientras otros países, como el Reino Unido, Suiza, Francia, Austria, etc. se mueven entorno al 15%.
Más paradójico resulta que países, como por ejemplo Francia, sea capaz de atraer a más del doble de estudiantes latinoamericanos que España.
La economía española ha experimentado un grado de internacionalización extraordinario en las últimas décadas, llegando a suponer las exportaciones el 30 % , aproximadamente, de nuestro PIB. Los medios de comunicación se hacen eco de forma continuada de los progresos en los diversos sectores de bienes (automoción, mueble, cerámica, farmacéuticos, maquinaria, alimentación, etc.) y servicios liderados por el turismo, y de forma creciente, otros servicios exportables gracias a las nuevas tecnologías de comunicación. Es motivo de reconocimiento para todas esas empresas que se esfuerzan a diario y también es digno de agradecer todos los apoyos y esfuerzos desde las Administraciones Públicas.
¿Qué sucede con los servicios educativos canalizados por nuestros centros universitarios? La realidad es que pocas veces son noticia a pesar del gran impacto que supone para la economía española.
Según un estudio reciente publicado por el ICEX, en el curso 2018-19, aproximadamente un millón de estudiantes (incluidos los Erasmus+ y los extranjeros residentes en el exterior matriculados en el Instituto Cervantes, etc. ) se matricularon en instituciones educativas españolas, con un impacto económico de casi 4.000 millones de euros con un efecto multiplicador de 2,27. Es decir, por cada euro gastado por cada estudiante en sus estudios, estos estudiantes gastaron 1,27 € en otros sectores (alimentación, alojamiento, ocio, ropa, transporte, etc.). No hay que olvidar el efecto recaudatorio a través del IVA para las arcas públicas. Para tener una referencia, la exportación de uno de los productos emblemáticos de España, como es el aceite de oliva, supone un volumen de aprox. 7.000 millones € en el año 2019.
Además, hay que considerar la generación de empleo de alta cualificación con la contratación directa de más de 7.000 profesores y personal con su consiguiente impacto en la recaudación de la Seguridad Social.
Además del impacto directo económico, hay que considerar su contribución a la modernización de las instituciones educativas, la atracción de talento, la internacionalización de nuestra sociedad y el prestigio y reconocimiento que supone para nuestro país.
El mayor impacto se concentra en las titulaciones de másteres y grados. Estos representan el 15% del total de los alumnos y el 65% del impacto económico.
En el caso de los grados, en el año académico 2018-19 fueron 45.000 estudiantes en universidades públicas y 22,000 en universidades privadas. El impacto económico fue de casi 800 millones de €, repartiéndose el 50% entre centros privados y públicos.
Por lo que hace a los másteres, el número de estudiantes extranjeros se acerca a 48.000 de los cuales 20.000 aprox. están matriculados en instituciones privadas con un impacto económico directo que supera el 60% del total de casi 600 millones de €. Si sumamos el impacto indirecto, esta cifra asciende a casi 1.700 millones de €.
Constatada la importancia e impacto que tiene para nuestro país la atracción de estudiantes internacionales en los grados y másteres de nuestras universidades, cabe plantearse trabajar en esta asignatura pendiente de nuestro sistema desde diversos ámbitos. Por un lado, las universidades españolas tenemos el reto de crear programas, no sólo en castellano, sino también en inglés para poder hacerlos atractivos a mercados de habla no hispana y también de habla hispana. Este hecho implica contar con profesorado local y también extranjero. La visibilidad de nuestras universidades y programas tiene que aumentar a través de acreditaciones internacionales y ránquines. No es casualidad que las instituciones privadas con acreditaciones internacionales sean las que lideran la internacionalización de sus programas.
El papel de las Administraciones Públicas también es clave (como se puede analizar en países de nuestro entorno), en la medida que se debe agilizar la burocracia de cara a la obtención de visados, dotando de más recursos en oficinas consulares y facilitando la matriculación en nuestros programas. Adicionalmente, desde el sector público cabría invertir más en la visibilidad y promoción de nuestras instituciones universitarias y contemplar ayudas para los estudiantes extranjeros en temas como el alojamiento, etc. En definitiva, cabria hablar de un plan estratégico que permita a las Universidades españolas (públicas y privadas) junto a las Administraciones Públicas poder impulsar la internacionalización de un sector tan estratégico para nuestro país como es el sector universitario.
Elaborado por Carlos Moslares, Decano IQS School of Management