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11F Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia: Es necesario romper con el mito de que los niños son mejores que las niñas en matemáticas

  • La FESPM se une a esta celebración reivindicando el papel de las mujeres matemáticas en la historia

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Madrid,

El martes 11 de Febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, proclamado hace ya 5 años por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En la actualidad, las mujeres y niñas encuentran barreras de muchos tipos, a veces muy sutiles, que dificultan su presencia en la ciencia, donde se incluyen las Matemáticas. Este día se van a celebrar actividades de educación y sensibilización pública que ayudarán a lograr una mayor participación, presencia y progreso de las mujeres y las niñas en este campo del conocimiento. La FESPM se une a esta celebración reivindicando el papel de las mujeres matemáticas en la historia y la educación.

Es un hecho que hay menos mujeres que hombres que se matriculan en carreras STEM ( Science, Technology, Engineering, Mathematics). Según datos de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), mientras que en la matrícula universitaria total las mujeres son el 55% en las carreras STEM no llegan al 32%. En el año 2018/19, en la Universidad Complutense de Madrid, la matrícula de las chicas en Matemáticas era el 42%, casi la mitad, pero en primer curso eran sólo el 36%. En el doble grado Matemáticas – Física (uno de los más demandados y con nota de corte más alta) sólo el 19% de matriculadas son mujeres.

No es buen dato, teniendo en cuenta que, según el último informe PISA, la diferencia actual de rendimiento en matemáticas entre chicos y chicas es de 7 puntos (485 frente a 478), muy pequeña, pero destacamos que esta diferencia viene reduciéndose progresivamente desde 2009 que era de 19 puntos (493 frente a 474). Esta evolución también se da en la media de OCDE, aunque a menor velocidad que en España, pasando de una diferencia de 11 puntos en 2009 a sólo 5 en 2018. Es decir, que las chicas rinden igual que los chicos en matemáticas, por lo que podrían decantarse igualmente por las carreras científicas, pero no lo hacen.

Según Marta González profesora de la Universidad de Oviedo, "tradicionalmente se ha pensado que a los niños se les daban mejor las matemáticas, pero las diferencias han mostrado depender de factores sociales y culturales. Ser niña o niño no es un factor que sirva para predecir si se nos van a dar bien o mal las matemáticas". Por su parte, Marta Macho, una de las mejores divulgadores de esta ciencia, y profesora en la Universidad del País Vasco, añade "la matemática es una disciplina que enseña a analizar los problemas de una determinada manera para encontrar soluciones a esos problemas. Entiendo que el modo de plantear y solucionar es independiente del sexo/género de la persona. Para atraer a más niñas hacia las matemáticas bastaría con desterrar la idea de que hay que ser un "genio" para poder dedicarse a ellas: sólo se necesitan ganas y trabajo".

Algo así vivió Laura González Mozo, que ahora trabaja en el equipo de Applied Inteligence de Accenture, creando recomendadores para tiendas online: una aplicación que recomienda productos a las personas en función de sus perfiles y compras anteriores. "Cuando le comenté a mi familia la decisión de estudiar Matemáticas a ellos nos les pareció muy bien. Me decían que era una carrera que no tenía salidas y que muy poca gente la estudiaba. Yo la estudié sin saber qué salidas profesionales tenía, sólo porque me apasionaban los números y la resolución de problemas".

La historia también marca esta brecha de género. Las mujeres que se han dedicado a las matemáticas, como la mayoría de las que se han dedicado a la ciencia, son muy desconocidas. Un ejemplo de ello es la estadounidense Margaret Hamilton. Margaret desarrolló todo el programa informático que llevaba el módulo lunar del Apolo XI. Además de poder considerarla la cuarta tripulante marcó un hito en la computación ya que era la primera vez en la historia en la que tuvo un papel predominante el software respecto al hardware ya que por razones obvias no se podía acoplar un ordenador de grandes dimensiones en el módulo. En ese momento, 1969, empezaba el desarrollo del software como parte principal de la informática por encima del hardware.

¿Por qué es importante que haya más mujeres matemáticas y que se hable de ellas? Según Claudia Lázaro, Secretaria de Formación de la FESPM, "que las mujeres hagan un grado de Matemáticas contribuye, sin duda, a disminuir la brecha de género. Aparte de la belleza intrínseca de la Matemática, se trata de una rama de la Ciencia y del saber con un potencial enorme debido, en gran parte, a sus interconexiones con prácticamente cualquier rama de conocimiento, tanto científico como social, humanístico y artístico. El grado de Matemáticas tiene, así, muchas salidas laborales, de modo que las matemáticas no solo contribuyen al éxito profesional, sino también a humanizarnos y ser más felices.

Onofre Monzó, presidente de la FESPM, afirma que "al igual que la sociedad está formada por hombres y mujeres en proporciones prácticamente iguales es necesario que las mujeres participen de la misma forma en el desarrollo de las matemáticas. Pero es, ante todo, una cuestión de justicia social, orientada a erradicar y prevenir cualquier tipo de barrera y discriminación de género en este ámbito".

La sociedad debe ser consciente de los retos a los que nos enfrentamos. Hay mujeres matemáticas, como María Rosa Durán, profesora en la Universidad de Cádiz, que está consiguiendo frenar la recaída de niños y niñas con leucemia gracias a sus modelos matemáticos. "No puedo estar más orgullosa de haber llegado donde estoy, los sueños se hacen realidad, las niñas, las mujeres, pueden ser científicas y animo a todas a cumplir su sueño".

"Las matemáticas son una forma de pensamiento", concluye Marta González, "pero también están en la base de casi todo lo que vivimos en nuestro mundo contemporáneo, especialmente en el ámbito digital. A nivel práctico, el tratamiento matemático a gran escala de datos tiene grandísimas potencialidades y grandísimos riesgos. Para abordar estos retos, necesitamos matemáticas y matemáticos, con pluralidad de puntos de vista, capaces y responsables".