Ecoaula
El 84% de los centros educativos en España no imparte formación financiera
- Los conocimientos financieros se miden en la Encuesta de Competencias Financieras
Noelia García
Madrid,
La mayor parte de los países han incorporado la educación financiera en sus aulas y han ido adoptando de forma gradual las recomendaciones emitidas por la Unión Europea, la OCDE y otros organismos internacionales. España, sin embargo, se encuentra rezagada. Más de 7,1 millones de españoles no tienen conocimientos sobre sus productos financieros, y la mitad de los jóvenes reconoce no saber las condiciones y comisiones de lo que han contratado, según un informe del comparador Rastreator. Y es que tener una buena formación financiera te hace ser libre y responsable a la hora de tomar decisiones.
Hoy, un 60 por ciento de la población mundial tiene acceso a servicios financieros digitales, en cinco años, esta cifra debería superar el 70 por ciento, por tanto, si solo se mantiene el ritmo de crecimiento tecnológico como hasta el momento, los servicios financieros digitales también tendrán que incrementarse y de nada sirve que se sea centenial. Las finanzas no se enseñan en los colegios ni en el instituto, con lo que es complicado hacer que las personas se interesen por estos conocimientos. Hoy el 84 por ciento de los centros educativos de España no imparte ningún tipo de formación en esta materia, frente al 48 por ciento de media de los países de la OCDE.
Nivel básico
Según el IV estudio del Observatorio Inverco, los más jóvenes son más conservadores que sus progenitores porque tienen menos capacidad de ahorro y sus gastos son más inmediatos. Los millennials invierten "un 41 por ciento en fondos de bolsa frente a la Generación X (nacidos entre 1964 y 1981) y el 54 por ciento de los baby boomers (de 1946 a 1963)".
Asimismo, uno de cada cuatro estudiantes españoles de 15 años no alcanza el nivel básico de conocimientos financieros, aunque son capaces de tomar decisiones sencillas sobre gastos cotidianos, según el último informe PISA 2015 sobre Competencia Financiera. España se sitúa en la décima posición, solo por delante de Brasil (15), Perú (14), Chile (13), República Eslovaca (12) y Lituania (11). Al otro lado de la balanza se encuentran los países con mejores competencias financieras entre los más jóvenes: China, con 566 puntos -casi 100 más que España-, seguida de Bélgica (541), Canadá (533) y Rusia (512).
"Los países que mejor puntúan -y además, superan el 50 por ciento de aciertos en todas las preguntas- son Alemania, Bélgica, Canadá, China, Corea, Finlandia, Francia, Hong Kong, Noruega, Nueva Zelanda y Países Bajos. Curiosamente, Japón arroja unos resultados muy similares a los de España. Por el contrario, dentro de la UE el único país que se sitúa en niveles peores a los registrados en España para las tres preguntas recogidas en la ECF es Italia", destaca Verónica López Sabater, directora Fundación Afi.
Desde el Proyecto Edufinet de educación financiera (con la colaboración de 15 universidades y más de una decena de entidades y organizaciones empresariales), impulsado por Unicaja Banco y la Fundación Unicaja, indican que "los países con mayor nivel de cultura financiera, según dicho estudio, son Dinamarca, Noruega y Suecia (71 por ciento), mientras que en el extremo opuesto se sitúan la República de Yemen (13 por ciento), Afganistán y Albania (14 por ciento).
Por su parte, Eloi Noya, profesor de Capital Markets & Fintech de ESADE, afirma que "en los países llamados emergentes el porcentaje de personas sin ningún conocimiento financiero es mayoritario, pero incluso en los países europeos, donde existe un mayor nivel de conocimientos financieros, el porcentaje de personas sin conocimientos básicos es relevante, superior al 25 por ciento".
Situación económica
Solo el 6 por ciento de los estudiantes españoles de 15 años alcanza el nivel máximo de competencia financiera (nivel cinco), la mitad que la media de la OCDE. Jordi Martínez Llorente, director de educación financiera en el Instituto de Estudios Financieros, afirma que no recibimos en las aulas las competencias necesarias para tomar buenas decisiones financieras. "Las finanzas tienen la fama de ser muy difíciles, pero los conceptos básicos para poder tomar decisiones son más sencillos de lo que parecen", añade. Además, "los conceptos financieros también dependen de la situación socioeconómica de cada familia, pues existen grandes diferencias entre aquellas familias que manejan dinero y aquellas sin recursos, los conocimientos financieros de los hijos de los primeros son más elevados".
Por su parte, Ignacio Temiño Aguirre, profesor de Economía de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), en relación a por qué no tenemos en nuestro sistema educativo una asignatura sobre esta materia asegura que "tradicionalmente se ha considerado a la economía y las finanzas como temas de mayores y es un enorme error". "Deberíamos introducir juegos basados en competiciones con apoyo de la tecnología", añade.
Lidia del Pozo, directora de Programas de Inversión en la Comunidad de BBVA, asegura que "hablar de dinero con nuestros hijos, de forma habitual, en el día a día cotidiano y en contextos de la vida real, es la mejor manera de que los jóvenes interioricen los conceptos y desarrollen las capacidades que luego les ayudarán a estar preparados para la toma de decisiones".
Asimismo, no tener ese acceso al conocimiento financiero desde edades tempranas se nota también en cómo varía la distribución del ahorro financiero en nuestro país con respecto al resto de Europa. El 80 por ciento del ahorro está en el ladrillo, aunque también es cierto que la diversificación del capital también está incrementándose. A finales de 2017, el ahorro financiero estimado de los españoles era de 2,1 billones de euros lo que supondría un incremento de algo más de 46.000 millones de euros con respecto a 2016.
Agenda política
La educación financiera se incorporó en 2011 a la agenda política del G-20, que adoptó los principios sobre la protección de los consumidores financieros como instrumento para recuperar la confianza en el sector, fortalecer la estabilidad financiera y lograr el crecimiento económico, porque las decisiones financieras diarias y a largo plazo se basan en la educación financiera, con consecuencias no solo para el individuo que tomaría las decisiones, sino también para la sociedad en general.
La incorporación a los currículos escolares de la enseñanza financiera en Primaria y Secundaria cuenta con limitaciones. La directora Fundación Afi destaca que en España "solo para el nivel de ESO (3º y 4º) hay contempladas algunas propuestas, como la enmarcada dentro del Plan Nacional de Educación Financiera, totalmente voluntarias, que atacan superficialmente esta carencia de nuestro sistema educativo". "En el resto de niveles suelen ser actuaciones puntuales, impulsadas por la oferta (fundaciones, voluntarios, etc.) sin mucha continuidad, seguimiento y medición de impacto". Además, "no hay un consenso -tampoco a nivel de la OCDE- de cuál es la mejor manera de incorporar la educación financiera al currículo escolar, y si el currículo escolar es el sitio para hacerlo", añade.
El Banco de España y la CNMV pusieron en marcha en 2008 el primer proyecto
Los bancos se involucran últimamente más en la educación financiera desde las aulas y la AEB (Asociación Española de Banca) está presente, entre otras iniciativas, en el programa de educación financiera anual Tus finanzas, tu futuro que impulsa la Fundación AEB junto con Junior Achievement, gracias a los voluntarios empleados de banca, que imparten talleres en colegios repartidos por toda España.
Javier Tomé, director de Proyectos de Comunicación de Bankia y responsable de Bankademia, asegura que "corresponde a las Administraciones Públicas considerar su inclusión en los planes de estudio, pero indudablemente la educación financiera es responsabilidad de todos. Por eso, en Bankia lanzamos el programa Bankademia, a través del cual materializamos dicho compromiso, facilitando, fomentando y promoviendo la educación financiera".
Victoria Torre, responsable de Desarrollo de Contenidos, Productos y Servicios de Self Bank, asegura que los conceptos más difíciles son bastantes, "algunos los desconocemos porque nadie nos los ha explicado. Posiblemente haya gente que no sepa que en una cuenta remunerada no se pueden domiciliar recibos y que no puede haber una tarjeta asociada a la misma, que para eso es necesario tener una cuenta corriente para el día a día. Ahora bien, entender qué es la inflación y cómo afecta a nuestro dinero, saber qué es la capitalización compuesta, diferenciar entre un TIN y un TAE, saber cómo evoluciona el euribor, etc. puede, sin duda, ser más farragoso".
Cabe destacar que el Banco de España y la CNMV pusieron en marcha en 2008 el primer proyecto de educación financiera con vocación generalista en España. Posteriormente se sumaron la Secretaría General del Tesoro y Política Financiera y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. El número de entidades que van adhiriéndose al Programa Funcas de Estímulo a la Educación Financiera es creciente.
Competencias de los españoles
Los conocimientos financieros se miden en la Encuesta de Competencias Financieras mediante tres preguntas que se utilizan en varios estudios internacionales: inflación, tipo de interés compuesto y diversificación del riesgo. La primera y por el momento única oleada de encuesta realizada en 2016 arrojó como resultados que cerca de seis de cada 10 (59 por ciento) entienden el concepto de inflación, aunque no ocurre lo mismo con los otros dos conceptos (46 por ciento y 49 por ciento, respectivamente). En cuanto a la diversificación del riesgo, si bien es respondida correctamente por casi la mitad de la población, concentra el mayor reconocimiento de desconocimiento (27 por ciento no sabe o no contesta vs. 24 por ciento que no acierta correctamente). De esta encuesta se extrae que los españoles eligen como principal el producto financiero de la cuenta corriente, seguido de la tarjeta de crédito. No ocurre lo mismo con los planes de pensiones (20 por ciento), fondos de inversión o acciones (13 por ciento) y/o activos de renta fija (1 por ciento).