Divisas

Los griegos empiezan a usar el lev búlgaro como divisa alternativa al euro

  • Los empresarios usan el lev para ir a comprar a Bulgaria lo que necesitan

elEconomista.es

El 'corralito' griego seguirá en marcha hasta el lunes, pero si el domingo no hay un acuerdo firme y convincente entre la Unión Europea y Grecia podría extenderse aún más. De este modo, la escasez de euros físicos y el miedo a que el país vuelva al dracma están provocando que el dinero bancario sea considerado por la población menos valioso. Tanto es así, que algunas localidades del norte de Grecia están empezando a aceptar el lev búlgaro como forma de pago.

Tal y como publica el Financial Times, cada vez son más los griegos que tienen comercios o negocios relacionados con el ocio que están aceptando el lev búlgaro en sus transacciones. Tal es la desesperación de algunos comerciantes, ante la caída de las ventas y la escasez de liquidez, que también han comenzado a aceptar la lira turca.

Una divisa estable

Athanasos Kritsinis, director de una cadena de supermercado conocida como Krita, asegura que en sus centros del norte de Grecia están aceptando el lev búlgaro como forma de pago. El norte de Grecia hace frontera con Bulgaria. "No hay nada de malo en aceptar el lev búlgaro porque es una divisa estable, cuya cotización está pegada a la del euro... Existe un serio problema de liquidez en Grecia y con esta escapatoria conseguimos algo de efectivo", explica Kritsinis.

La población del norte de Grecia viaja hasta Bulgaria donde busca casas de cambio para transformar sus levs en euros y logar así una cantidad superior de efectivo a los 60 euros que están permitidos retirar de los cajeros griegos. 

Los empresarios griegos dedicados al turismo están se muestran satisfechos con el lev. Los clientes pagan sus estancias y servicios con la divisa búlgara, más tarde los empresarios usan el dinero para comprar en Bulgaria los alimentos o productos que necesitan para surtir sus hoteles o restaurantes.

Kritsinis asegura que hay varios empresarios que se están planteando dejar el mercado griego: "Grecia puede cavar su propia tumba si finalmente sale del euro. Volver al dracma sería un caos, la pobreza aumentará". Estos miedos se están viendo acrecentados por la rápida caída de las reservas de última hora en el sector turístico griego.

Para los búlgaros esta situación es extraña e irónica. Siempre han sido el vecino pobre de Grecia, la inflación provocó el caos en los años 90 mientras que el lev era una de las divisas más inestables del continente. Su apreciación y depreciación respecto al dólar podía variar en poco tiempo de una forma sustancial. Sin embargo, ahora son los griegos los que prefieren usar el lev como divisa y cruzan la frontera con Bulgaria para comprar bienes.