Distribución

Récord de empresas en alimentación y bebidas

  • El sector creció en 2.324 empresas en 2018
  • La producción se eleva a 116.890 millones de euros en 2018l

Juan Ignacio Álvarez

La industria de alimentación y bebidas creció en 2.324 empresas en 2018 pasando de 29.000 a 31.324, un 8 por ciento más que en el año anterior, según datos aportados por la Fiab (Federación Española de Alimentos y Bebidas), durante la presentación del informe económico del sector. Las nuevas incorporaciones han permitido consolidar un tejido empresarial más robusto.

Según la organización, "este importante avance en el número de operadores también se ha reflejado en el progreso de la dinamización del sector, que ha mejorado su estructura empresarial con respecto a 2017 al verse incrementado hasta en un 14 por ciento el número de empresas con más de 500 asalariados", han subrayado.

Estas empresas produjeron por un valor de 116.890 millones de euros al cierre de 2018, lo que supone el 3 por ciento del PIB nacional y el 16 por ciento de la industria española. El sector amplió su valor añadido bruto un 3,4 por ciento hasta los 30.847 millones de euros. En cuanto al consumo, el gasto en alimentación superó de nuevo los 100.000 millones de euros en 2018. De ese gasto, el 65 por ciento se corresponde con el consumo dentro del hogar y el 34,2 por ciento con la hostelería y restauración.

El empleo crece por quinto año

La industria de alimentos y bebidas registró por quinto año consecutivo un incremento en el número de afiliados a la Seguridad Social, en concreto un 2,9 por ciento más que en 2017, hasta las 426.000 personas. Hay que reseñar el importante ascenso del empleo femenino, donde el porcentaje de empleadas en la industria asciende al 37,2 en el sector de la alimentación y al 28,5 en el de las bebidas.

Las cosas no fueron tan bien en el apartado de las exportaciones, puesto que aunque se mantienen estables por octavo año consecutivo, el año pasado bajaron en 180 millones de euros: desde los 30.650 en 2017 a los 30.470 en 2018. El año pasado, reconoció el director general de Fiab, Mauricio García de Quevedo, mil empresas españolas dejaron de exportar. Una descenso en las ventas en el exterior que achaca a la coyuntura internacional, la bajada en un 16 por ciento en las ventas del aceite de oliva debido a la volatilidad a la que está sujeta este producto, así como a la disminución de las exportaciones en países tan importantes para el mercado español como Italia, China, Países Bajos y Bélgica.

Compromiso político

La Fiab logró reunir este mes de abril a representantes de los principales partidos políticos con el fin de que debatieran sobre aquellos aspectos a mejorar en la industria de la alimentación y bebidas y expusieran sus propuestas de mejora dentro del sector agroalimentario en caso de que gobiernen.

El representante de Unidos Podemos, Fernando Fernández Such, incidió en la necesidad de profundizar en la fiscalidad alimentaria "incentivando el consumo de productos saludables y desincentivando los alimentos insanos, que son los que consumen las personas con menos recursos", mientras que José María Rábade, de Ciudadanos, apostó, además de por promover la alimentación sana, por fomentar la colaboración público-privada en el sector, impulsar el plan nacional de reducción de desperdicios, gravando a quienes no respeten la economía circular, y por favorecer el empleo joven en la industria alimentaria contratando a los mejores para un desarrollo eficaz de los proyectos de I+D+i.

Por su parte, Alejandro Alonso Núñez, del PSOE, recalcó que para su partido es fundamental defender el modelo agroalimentario español dentro de la UE. Un modelo ligado al territorio y en el que no ha habido deslocalización. En su opinión, los retos de cara al futuro pasan por "apoyar la pequeña y mediana empresa, aumentar las exportaciones, innovar en el producto y mejorar su calidad y potenciar un código de buenas prácticas".

La ponente del PP, Carmen Quintanilla, puso el acento en la lucha contra el fraude alimentario y contra el cambio climático incluyendo un plan que modernice el regadío en España con una importante dotación presupuestaria para ahorrar agua y crear desaladoras. Se refirió también a la necesidad de modernizar el medio rural.

Además, Quintanilla recordó la necesidad de agilizar la burocracia creación de una ventanilla única para facilitar la salida de nuestros productos al exterior y por reforzar el papel de las cooperativas agrícolas, "empresas de economía social que en los momentos de crisis han mantenido músculo en la creación de empleo", recordó.

El director general de la Fiab incidió en la importancia para el sector de una política coordinada desde la unidad de criterios que evite la disparidad de iniciativas legislativas.