Distribución

José Manuel González: "Lactalis debe permitir la venta de Lauki y su continuidad"

    José Manuel González, presidente del Comité de Empresa de la fábrica de Lauki en Valladolid.

    Rafael Daniel

    Cuenta atrás para el cierre de la planta de Lauki en Valladolid. El próximo 30 de septiembre concluye la moratoria dada por la propietaria, la multinacional Lactalis, para encontrar un posible comprador, como pedían trabajadores y administraciones.

    El presidente del Comité de Empresa, José Manuel González, hace un nuevo llamamiento a la compañía, cerrada hasta ahora, a vender a un competidor. "Si tienen un poquito de corazón, que dejen que la planta siga funcionando", afirma.

    A un mes de que se cumpla el plazo de cierre de la planta ¿cuál es el ánimo de los 85 trabajadores de la plantilla?

    Nada bueno, porque vemos que esta gente no quiere. Lactalis es un roca muy dura y aunque damos con toda clase de herramientas, no aparece ni una grieta. Ver ese rival delante no te hace ser muy optimista.

    ¿Creen posible todavía una solución?

    Con Lactalis es muy difícil, incluso la venta a un operador que no sea del sector. Yo creo que simplemente no quieren vender. Hace unos días nos comunicaron la negativa a vender a Queserías Ibéricas, un proyecto que era bastante serio, porque alegaban que era un competidor. En realidad, no iban a vender aunque hubiera sido otro.

    ¿Cómo definiría la actitud de Lactalis?

    Los directivos de Lactalis no tienen corazón. Cuando les estás diciendo que es un proyecto que puede afectar hasta 200 trabajadores, que puede aglutinar a muchos ganaderos y que entre unos y otros puedes estar hablando de 500 puestos de trabajo y les da lo mismo, qué puedes decir... O que un presidente de Castilla y León vaya a París a hablar con ellos acompañado del embajador español y tampoco se mueva nada? Les da lo mismo todo, no van a nada más que a su interés puro y duro. Los demás les importa tres c... sea para bien o para mal.

    Ustedes afirman que la fábrica siempre ha sido rentable.

    No es que lo digamos nosotros, sino que es algo que está avalado por números que nos han dado ellos. Durante los últimos años íbamos viendo cómo nos iban quitando un trozito hasta que ha llegado un momento en el que, de hacer 200 millones de litros, nos quedamos en algo menos de 100. Estamos hablando de más del 50% y de dejarnos aquí con los productos con menos valor añadido, con la leche básica. Antes hacíamos calcios, omegas. Y con todo y con eso hemos dado 2 millones de beneficio.

    ¿Cree que la decisión de cierre estaba tomada cuando se hicieron con la factoría?

    Lo he dicho alguna vez: blanco y en botella. Veías que esto se iba yendo poco a poco. Quizá ha sido un poco de dejadez y había que haberlos presionado antes. Ya en el año 2011 estuvimos denunciando que nos querían cerrar y teníamos que haber ejercido más control para no llegar a esto. Es una planta que está en el centro de España, logísticamente no la hay mejor y los mejores números en calidad eran los nuestros.

    Incluso les felicitaban...

    En la cena de Navidad de 2015 nos felicitaban por la buena nata que hacíamos, que mandábamos a Francia. Incluso eran conscientes de que nosotros, con las instalaciones que teníamos, con lo que nos iban dejando, porque aquí no han invertido nada, estábamos haciendo equilibrismo, pero al final no sirve de nada. A poco que nos hubieran dado, seguiríamos aquí muchos años. Si perdiésemos dinero, pues dirías vale, iros, pero es que no es así.

    Durante este tiempo de movilización ¿han sentido el apoyo de la ciudadanía y de las administraciones?

    Un 100%. Hemos tenido una fuerza tremenda. Nos han apoyado mucho pero luego te pegas con un muro infranqueable, que es lo que es Lactalis. Que hay que luchar contra ellos, sí, que es muy difícil también. La gente tiene esperanzas, pero sabiendo con quien nos enfrentamos se te quitan. No se han movido, pero si nos hubiésemos tenido esa fuerza ciudadana las negociaciones no hubieran sido lo que han llegado a ser. Pero ellos han dicho que cerraban y cerraban. Han ganado cuatro meses, pues aquí vamos a trabajar hasta el día 28 porque la leche fresca no se hubiera podido hacer. Al final creo que el favor se lo estamos haciendo nosotros a ellos.

    ¿Qué diría a los directivos, que último cartucho aprovecharía para que vendan?

    Simplemente que si tienen un poquito de corazón y se dan cuenta de que no todo es dinero, sino también tener un poquito de humanidad, vendan para que la planta continúe. Primero, porque el sector ganadero lo necesita y ellos tienen bastante negocio como para que un granito de arena les pueda estropear su saco de arena. No somos tan importantes como para que no nos puedan vender. Yo también pediría a la Junta de Castilla y León, no que compre la fábrica, pero sí por mediación de alguna cooperativa tirase de esto para adelante, como ha pasado en Galicia, donde cooperativas ganaderas han hecho una fábrica y gracias a eso van recogiendo su leche y la van a comercializar. Sería olvidarnos de Lactalis y tirar para delante de otra manera. Yo te diría una cosa y es que no sé qué va a pasar con todos los ganaderos que están surtiéndonos leche, pero se van a quedar fuera casi seguro. Y hablamos de un sector, como es el agroalimentario, con mucho peso en Castilla y León. Porque no estamos hablando sólo de los trabajadores de Lauki, sino que mucha gente se va a quedar mirando al sol. La Junta puede mojarse en ese sentido.