Deporte y Negocio

Eliud Kipchoge rompe el mito de correr un maratón en menos de dos horas

  • Completa el milagro de los 42.195 metros en sólo 1:59:40 horas
  • Los maratonianos quedan ahora huérfanos de nuevas proezas
  • El récord no será homologado debido a las condiciones de laboratorio
Kipchoge, durante la prueba,

Antonio Lorenzo

Un ser humano ha podido correr un maratón por debajo de las dos horas. Se puede, se puede, se puede. Eliud Kipchoge (34 años) ha logrado lo que parecía imposible para cualquier persona: romper la barrera más lejana del deporte, un everest que históricamente se presumía imposible. A un ritmo machacón de 2:50 minutos por kilómetro, el atleta keniano ha conseguido la proeza de completar los 42.195 metros de la mítica distancia en 1:59:40 horas. Tras esprintar en solitario, repartiendo saludos al público, le han sobrado 19 segundos y hasta energía para seguir corriendo después de cruzar la meta.

El milagro se ha ejecutado el parque del Prater, en la ciudad de Viena (Austria), en una prueba no homologada que, pese a quien pese, marca una leyenda. Entre otros detalles, su carrera derriba un mito que deja a los maratonianos huérfanos de nuevas ambiciones. Si acaso, el nuevo reto será batirlo en un maratón comercial debidamente homologado. Pero eso, con Kipchoge en estado de gracia, no tardará en ocurrir.

Atletismo, márketing, tecnología, trabajo en equipo, 41 liebres con los mejores maratonianos del mundo, una edición especial de la las zapatillas 'mágicas' Nike Vaporfly, un circuito exquisitamente plano, condiciones atmosféricas perfectas, clima idóneo (10 grados), nutrición científica, un coche eléctrico marcando el ritmo con la ayuda de un luminoso en el suelo... Pero sobre todo el esfuerzo, el tesón, los cinco meses de entrenamiento salvaje y las cualidades sobrehumanas, tanto físicas como mentales, del mejor fondista de la historia. Todo junto, en perfecta sintonía, ha servido para romper todos los límites. El campeón olímpico de maratón, cuatro veces ganador en Londres, tres en Berlín, uno de Chicago y otro en Hamburgo, ha situado el nivel a una altura superior a rebajar la milla por debajo de los 4 minutos.

Los expertos aseguran que las zapatillas Nike, equipadas con una placa especial de carbono, ha podido permitir rebajar los tiempos habituales del maratón en 1:20 minutos, mientras que el ritmo preciso y la disposición aerodinámica de las liebres -en flecha invertida-, ayudó a reducir otro 1:40 minutos de las liebres.

"Me siento bien. No hay límites para el ser humano. Estoy feliz por bajar de las dos horas y muy agradecido a todo el equipo de liebres que me han acompañado. He sido el primero, pero no el último", dijo el atleta tras recalcar "que se puede hacer de este mundo un sitio mejor gracias al deporte".

El trabajo minucioso de los organizadores alcanzó su objetivo sobre un circuito de asfalto de 9,6 kilómetros, a 165 metros de altitud, distribuido en dos largas rectas. De esta forma, Kipchoge se quita el amargor de la prueba realizada hace dos años en Monza, cuando se quedó a escasos segundos de correr por debajo de las dos horas. El filósofo, como se le conoce en el circuito, cumplirá 35 años el próximo 5 de noviembre y espera reeditar su condición de campeón olímpico en 2020 y refrendar su marca en una carrera comercial de acuerdo con todos los requisitos y homologaciones de la IAAF, la federación internacional de atletismo.

Comparaciones asombrosas

Para hacerse un ligera idea del esfuerzo realizado por Kipchoge basta con intentar correr solo 100 metros en 17 segundos, 200 metros en 34 segundos o completar una vuelta a una pista de atletismo de 400 metros en 68 segundos... Eso sí, sin bajar el ritmo durante casi dos horas. Durante ese tiempo, no existe cinta de correr de gimnasio capaz de soportar semejante cadencia durante tanto tiempo sin descuajeringarse.