Cumbre de Copenhague
Las empresas son parte de la solución, pero no se sientan en la mesa de negociación
En el desayuno ofrecido esta mañana por el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) y la United Nations Framework for Climate Change Convention (UNFCCC) hemos podido conocer de mano del Secretario Ejecutivo de UNFCCC, Ivo de Boer, que las negociaciones llegan a su tramo final, con asuntos sobre la mesa, pero en buenas condiciones. Párese a pensar: ¿estamos preparados para reducir las emisiones de Co2?
Entre hoy y mañana los jefes de Estado y de Gobierno se emplearán a fondo para llegar un acuerdo que pueda ser comunicado mañana, y cuyas líneas generales, presumiblemente, se conocerán a la hora en que el presidente Obama tiene prevista su intervención en el plenario.
Aunque cómo era de esperar una parte del desayuno estuvo centrada en la marcha del proceso, el objetivo que se buscaba era el de encontrar un espacio común entre los ministros de los países clave en el proceso y una docena de representantes empresariales.
El papel relevante de las empresas
El Secretario Ejecutivo fue claro al comienzo de su intervención: "Sabemos que la empresa tiene en su mano más del 80% de la solución, pero sin embargo no forma parte del proceso de negociación".
La idea principal sobre la que gravitaron los comentarios de los ministros presentes fue la de resaltar la importancia del papel de los negocios en el diseño de las soluciones. Sin embargo, no existía una idea clara sobre cómo hacer más transparente y eficiente esta comunicación. El ejemplo más utilizado fue el proceso de consulta con el grupo de contacto sobre cambio climático que la UE ha desarrollado durante los últimos años.
A mi entender, la solución más poderosa que hemos sido capaces de crear para trabajar a favor de una reducción de los efectos del calentamiento global, ha sido diseñada conjuntamente entre los gobiernos y las empresas: el precio para el carbono. Sobre esta base se han construido y se construirán muchas de las herramientas que felizmente esperamos ver aprobadas aquí en Copenhague mañana.
Vivimos en un mundo tripolar (gobiernos-sociedad-empresas). No olvidemos que más de la mitad de las principales economías del planeta son empresas y que no solo se toman decisiones en el país donde éstas tienen su sede. El mundo de los negocios debería poder estar formal y transparentemente presente, pudiendo participar de forma activa en estos procesos, teniendo que dar cuenta a la sociedad de su acción y de los intereses que persigue.
El poder de los acuerdos sectoriales
Algunas veces se olvida que la capacidad del mundo de los negocios para encontrar soluciones no se limita al campo de la innovación tecnológica de productos, si no que también puede ser muy eficaz creando nuevos mercados, incentivos o compromisos globales que los gobiernos no son capaces de alcanzar.
Este es el caso de los acuerdos sectoriales a través de los que se puede llegar a acuerdos verdaderamente globales de reducción. Aunque la lista de estos acuerdos era inicialmente mayor, seguramente al final del proceso podremos disponer de dos muy importantes: acuerdo global para reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en los sectores de la aviación y del tráfico marítimo.
Una vez terminado el desayuno, el principal tema de conversación fueron las restricciones de acceso al Bella Centre y el frío polar que hemos pasado esperando al permiso de entrada en la madrugada nevada de esta ciudad que quizás mañana sea la sede del acuerdo global más relevante del siglo.