Cine

Ma ma, de Julio Medem: un caldo dramático difícil de digerir


    EcoDiario.es

    Trasladar a la gran pantalla el cáncer de una madre deber ser una tarea compleja. Imagino el miedo a caer en el melodrama, intuyo el temor a caer en la simpleza y presupongo el tesón por evitar caer en el morbo. Por fortuna, Ma ma de Julio Medem no cae en nada de eso. Se llora lo justo, la profundidad se encuentra y el morbo consigue convertirse en naturalidad.

    ¿Cómo lo consigue Medem? Intentando refugiarse en la poesía. El reto es complicado y el intento encomiable; sin embargo, el intento se queda en eso, en intento. La tarea de la poesía es complicada. La misma requiere de métrica, de rima - ya sea consonante o asonante - y de una selección adecuada de palabras para evocar algo que en ocasiones solo el autor sabe. Consulte aquí la ficha de la película.

    En Ma ma, Medem, intenta hacer poesía con unos elementos más que toscos. Muertes terribles e inesperadas, cánceres que engañan, maridos egoístas, hijos insensibles y médicos que cantan mejor que diagnostican son los ingredientes de este caldo dramático en el que le tocó nadar a Mendem. ¿El resultado? Mucho arroz para tan poco pollo ¿Cómo solucionarlo? Tirando de mano divina en el guión y haciendo que las cosas pasen o no pasen al antojo de un autor despegado de lo real.

    Penélope lo intenta, lucha por la película. De hecho, su interpretación consigue empequeñecer a otras dos fieras de la interpretación como Asier Etxendia o Luis Tosar. Sin embargo, y a pesar de sus bellos ojos con los que tanto cuenta, Penélope cae - por ella o por órdenes del director- en una Penélope muy almodovariana, que hace reír en momentos duros, pero que poco pega con su papel de Magda: una mujer de clase media alta, profesora en paro, agnóstica y casada (o casi divorciada) con un profesor universitario de filosofía y que vive en una bonita casa repleta de libros.

    Me quedo con lo de paro y lo de agnóstica. La horrible crisis que vive España tiene otras terribles consecuencias que se desconocían: han afectado a la película de Medem. Quizá buscando la empatía del espectador, quizá buscando dar veracidad a la historia, Medem mete la crisis con calzador y sin sentido. Maldita crisis.

    Ahora lo de agnóstica. Estamos hablado del cáncer de una madre, parece evidente que se tenga que hablar de religión, de alma y más allá. En este película se hace. Sin embargo, los innumerables y toscos elementos dramáticos que Medem intenta hacer pasar por el embudo de la creación cinematográfica provocaron que algunos, como es el de la religión, caigan a un lado. El anhelo a la solución divina del problema pasa tan de refilón que causa desconcierto.

    En fin, conseguir el reto de convertir el cine en poesía es algo a lo que muchos cineastas se han enfrentado. Algunos lo han conseguido, otros, como en este caso Medem, fracasan en el intento. Sin embargo en Ma ma si que se encuentra poesía. Si cierras los ojos y escuchas te enamorarás de la bella música creada por el compositor Aberto Iglesias. 10 Goyas y 12 nominaciones, 3 Premios del Cine Europeo y 4 nominaciones y 3 nominaciones a los BAFTA y a los Oscar, entre otros premios, es el palmarés que avala el trabajo de Alberto. Sería una desvergüenza por parte del que escribe intentar elogiarlo, no hace falta. El trabajo está ahí. Iglesias, Alberto nunca falla.

    Por Yago Gantes