Cataluña

Colau afronta un otoño caliente con vecinos de Barcelona furiosos

  • Han surgido múltiples plataformas contrarias a su gestión
Ada Colau, alcaldesa de Barcelona. <i>Imagen de Getty</i>

Estela López
Barcelona,

Ironías del destino, la alcaldesa de Barcelona de pasado activista, Ada Colau, ha despertado en menos de una legislatura indignación suficiente entre los vecinos de la ciudad como para que hayan impulsado múltiples plataformas contrarias a la gestión municipal y que lamentan falta de diálogo por parte del consistorio de la capital catalana.

En los últimos meses se han presentado hasta cuatro grupos -algunos aglutinando a diversas entidades-, y todos preparan acciones para después de verano con el objetivo de reclamar la atención del gobierno local y proponer alternativas a las posturas del ejecutivo en minoría de los comunes, que han levantado las mayores ampollas en el ámbito de la movilidad y el urbanismo.

Todas coinciden en reprochar a Colau que sus políticas minan la calidad de vida de los ciudadanos y ponen trabas a la actividad económica, perjudicando la imagen interior y exterior de Barcelona, que reivindican como metropolitana y capaz de ser referente internacional en ámbitos como la tecnología y la salud. También rechazan la turismofobia y las medidas ambientales parciales, que castigan al vehículo privado sin ofrecer alternativas, y exigen una inversión pública bajo criterios de eficienia y rigor presupuestario, que ahora ponen en duda.

La plataforma que agrupa a un mayor número de adheridos es Urbamòbil, que agrupa a las plataformas contrarias a las 'supermanzanas'

La plataforma que agrupa a un mayor número de adheridos -afirman que más de 20.000- es Urbamòbil. Es una coordinadora que agrupa a las plataformas contrarias a las superilles (supermanzanas, resultado de prohibir el tráfico en un área de calles) del Poblenou, Eixample Esquerre, Gràcia/Grassot y Horta, así como la Asociación Vecinal Sant Andreu Sur, el Movimiento Diagonal Mar, Salvem Diagonal -contrarios a la unión del tramvía- y la Plataforma de Afectados por Restricciones Circulatorias (Parc) -que rechazan la prohibición de circular a los vehículos más antiguos-. Su portavoz, Jordi Campins, explicó a elEconomista que este otoño harán llegar peticiones concretas sobre movilidad a todos los partidos políticos barceloneses para "informar a los votantes sobre lo que respondan". La entidad reclama acabar con las superilles, potenciar el transporte público, construir carriles bici eficientes -no masivos sin tener en cuenta zonas de demasiada pendiente o que perjudican a la circulación de otros vehículos y peatones-, y replantear la normativa de etiquetas de clasificación de los vehículos según su nivel de contaminación y antigüedad.

Sobre este último punto, una de las entidades de Urbamòbil, la Parc, prepara una "macro manifestación" para otoño, según su portavoz, Mónica Xufré. Cada mes organizan paseos reivindicativos para reclamar que la lucha contra las emisiones contaminantes debe actuar en todos los focos y no mediante prohibiciones y reducción del espacio para los coches con peatonalizaciones y carriles bici masivos que "ahogan el tráfico y provocan más contaminación". En su opinión, los carriles bici deberían venir después de un trabajo que no se ha hecho, como más transporte público y zonas en las que las personas que vienen de fuera de la ciudad puedan dejar su vehículo para utilizar otros medioscolectivos. "Nunca un ayuntamiento había despertado tantas plataformas ciudadanas", deplora, igual que el presidente de otra de estas nuevas entidades, Bcn Com Tu, el abogado Daniel Vosseler.

Esta entidad agrupa a más de 500 profesionales -desde taxistas a carniceros, psicólogos e ingenieros de 25 nacionalidades- y prevé hacer su presentación pública en septiembre, incluso planteándose concurrir a las elecciones municipales de 2019 como agrupación de electores. Bcn Com Tu se define como apartidista y transversal: hay miembros independentistas y unionistas, ya que ese no es su foco, sino las políticas de proximidad, desde la vivienda a la cultura, pasando por el turismo, el urbanismo, el deporte, la tecnología, el comercio de proximidad y la seguridad. Entre sus propuestas figura construir 10.000 viviendas sociales en locales comerciales vacíos y en solares de la ciudad a través de cooperativas público-privadas, así como por el aumento de plantilla de la Guardia Urbana en unos 400 efectivos para reducir los actos delictivos, que lamentan que van en aumento en la ciudad.

Otra entidad de reciente creación y con reivindicaciones similares es Nosaltres Barcelona. La impulsan 10 mujeres reconocidas con el apoyo del Gremio de Restauración de Barcelona y ya tiene 1.000 adheridos, aunque empezará su actividad de captación y reivindicaciones tras el verano. En su manifiesto fundacional esgrime que "el Ayuntamientobarcelonés, que no la ciudad, se debe reconciliar con sus actividades económicas" a través de políticas que no hagan elegir entre la ciudad de los ciudadanos y la de los negocios, ya que reivindican que es posible compatibilizar progreso económico y social. Otros 50 profesionales han creado Moviment Barcelona, de perfil progresista y soberanista.