Cataluña
Criteria presiona para comprar Saba a un valor en torno a los 1.000 millones
Estela López
Las conversaciones entre Criteria y los fondos de inversión con los que se reparte la mayoría del capital de la multinacional de aparcamientos Saba Infraestructuras no prevén llegar a su fin en el consejo de administración del holding, dado que persiste la incógnita sobre la valoración de Saba. Torreal, KKR y ProA quieren sacar el máximo partido a su desinversión, pero hace años que buscan comprador sin éxito, mientras Criteria está ahora en disposición compradora con los réditos conseguidos o previstos por sus desinversiones en Gas Natural Fenosa y Abertis.
Pero Criteria no está dispuesta a comprar a cualquier precio, y presiona para lograr un precio de adquisición que valore Saba en unos 1.000 millones, según han indicado a elEconomista fuentes financieras. Si los fondos apuestan por un importe mucho más elevado -ha habido conversaciones con posibles compradores en el pasado de 1.200 millones y 1.400 millones-, la estrategia de Criteria en Saba -de la que controla el 50,1% del capital- pasaría de compradora a vendedora.
En cualquier caso, el consejo de administración de Criteria preveía reunirse este jueves con una oferta sobre la mesa con la que decidir si comprar o vender la compañía de aparcamientos, pero el veredicto se hará esperar. El derecho de arrastre por el que los fondos podrían obligar a Criteria a la venta de la totalidad de Saba vencía el 17 de mayo, pero esta opción permite cierta flexibilidad, según fuentes de las negociaciones.
Los tres fondos de inversión que controlan el 49% de Saba no han puesto todavía sobre la mesa de Criteria una oferta formal y, si lo hiciesen en el último momento antes del consejo del holding, que se reunirá este jueves en Palma de Mallorca, no habría un veredicto precipitado. El mandato será el de autorizar a la dirección general a seguir negociando, según fuentes de las conversaciones. Las mismas fuentes indican que el hecho de que los fondos no hayan puesto todavía precio a Criteria para la operación puede deberse a que están negociando a diversas bandas para vender al mejor postor. En el pasado, ya hubo más que palabras con el fondo de infraestructuras Arcus, por ejemplo.
Los contactos en marcha ya provocaron el retraso de la junta de accionistas de Saba, que estaba convocada para el 9 de mayo, pero fue pospuesta hasta el 12 de junio a la espera de que se clarificase su futuro accionarial.
Dividendo de despedida
Sí que se celebró el 4 de mayo la junta de la sociedad del grupo que gestiona los aparcamientos españoles -controlada al 99,81% por Saba Infraestructuras-, que aprobó repartir dividendo por primera vez desde la escisión de Abertis en 2011. En concreto, autorizó el reparto de más del 90% del beneficio de 2017, es decir, 8,3 millones sobre un resultado de 9,2 millones, que servirán como regalo de despedida para los tres fondos salientes de Saba Infraestructuras.
La compañía de aparcamientos, mientras tanto, sigue con sus planes de crecimiento y diversificación geográfica. En 2017 no logró cerrar operaciones corporativas en las que estaba interesada, como la de adquirir la portuguesa Empark, pero sí rubricó múltiples acuerdos con los que ganar activos. El más relevante se cerró en Chile, con la gestión de los aparcamientos de tres centros comerciales de la capital con los que ha duplicado las plazas bajo control en el país, consolidándose como primer operador.
Y es que la hoja de ruta de Saba pasaba hasta ahora por ganar tamaño como paso previo a la salida a bolsa, objetivo que está en el horizonte de la compañía desde que se independizó de Abertis. En estos años, la prioridad ha sido centrar el negocio en los aparcamientos, con la desinversión progresiva en los parques logísticos heredados de la etapa anterior, que se completó en 2016.
Los resultados económicos de 2017 no se harán públicos hasta la junta de accionistas del 12 de junio, pero los activos sí están al día. Saba ha pasado de los 203 aparcamientos con los que nació en 2011 a 375 a cierre de 2017, y el número de plazas gestionadas en estos centros ha pasado de 136.000 hace siete años a más de 208.000 el ejercicio pasado.