Cataluña

Las empresas en éxodo en Cataluña mueven más de 630.000 millones

  • El sector financiero lidera los primeros cambios de domicilio social y le seguirán otras cotizadas

elEconomista.es

El éxodo de empresas en Cataluña a efectos legales ya es una realidad innegable y las empresas que ya han dado el paso en los últimos días o se lo están pensando suman un volumen de activos (en el caso de la banca) e ingresos (en el caso del resto de empresas) que supera los 630.000 millones de euros.

El camino abierto el jueves por Banco Sabadell con el cambio de domicilio social fuera de Cataluña para protegerse de los efectos negativos de la incertidumbre por la posibilidad de una declaración unilateral de independencia ha sido seguido por CaixaBank, Gas Natural Fenosa, Dogi, Service Point, Banco Mediolanum y Arquia Banca (antigua Caja de Arquitectos), entre otras empresas de menor tamaño, como Klockner y Ballenoil.

El número de decisiones va sucediéndose como un efecto dominó del que no se vislumbra el final, más aún tras el real decreto aprobado ayer por el Consejo de Ministros para permitir el traslado del domicilio social sin necesidad de convocar junta de accionistas, pensando en las empresas que no habían adaptado sus estatutos a la modificación de la Ley de sociedades de capital de 2015, que ya permitía aprobarlo a través del consejo de administración. Parece que de poco o nada le ha servido al conseller de Empresa de la Generalitat, Santi Vila, haber intensificado contactos con compañías catalanas "de todo tipo" para trasladarles un mensaje "de tranquilidad y de calma; de que el Govern garantizará la seguridad jurídica en todo momento", explicaron desde el Ejecutivo catalán a elEconomista.

Las primeras en dar luz verde al cambio de sede han sido las financieras, movidas por la presión de los mercados y por el temor de sus clientes, y les han seguido otras compañías con presencia en los parqués al crecer las alertas de las agencias de calificación. También fueron trascendiendo ayer los planes de otras cotizadas y empresas emblemáticas catalanas de tomar la misma senda si la independencia llega a hacerse efectiva. Todas coinciden en justificar sus decisiones pensando en lo mejor para sus negocios, clientes, empleados y accionistas.

Catalana Occidente ya reconoció el jueves que tomaría las medidas necesarias si los acontecimientos lo requieren, y ayer se sumaron las dos grandes bodegas catalanas, Freixenet y Codorníu, así como la inmobiliaria Renta Corporación -que afirmó que está "preparada para tomar de forma ágil las decisiones oportunas"- y la cadena de supermercados de origen alemán Lidl, que fue taxativa: "Lidl no se plantea ningún cambio mientras no se modifique el actual ordenamiento jurídico, pero si eso se produjera, tomaríamos las medidas necesarias para garantizar el desarrollo de nuestro negocio en Cataluña y España, respetando el marco legal que quede establecido".

También tienen "planes de contingencia" preparados en la filial española de Zurich, según reconocieron a este diario desde la multinacional: "Somos una aseguradora y nos dedicamos a gestionar riesgos; contemplamos diversos escenarios ". El cambio de domicilio social supondría modificar una decisión que la compañía tomó hace más de 130 años, ya que el Grupo Zurich en España abrió su primera oficina en Barcelona en 1884. Asimismo, en Allianz, que también tienen en Barcelona su sede para España, regirán sus decisiones con la prioridad de "velar por los intereses" de sus clientes, accionistas y empleados, explicaron a elEconomista. Añadieron que se sienten "muy cómodos y acogidos en todas las poblaciones" en las que están presentes, con más de 2.400 empleados distribuidos en 150 centros de trabajo en todo el territorio.

Traslados

Estos cambios de domicilio social no suponen cerrar instalaciones ni perder empleo, pero sí influyen a efectos fiscales. Así, lo que Cataluña debe lamentar, otras autonomías lo pueden celebrar, y hasta ahora las más beneficiadas son la Comunidad Valenciana (opción elegida por Banco Sabadell y CaixaBank, dado que contaban con instalaciones al haber absorbido durante la crisis a la CAM y a Banco de Valencia, respectivamente) y la Comunidad de Madrid, en el caso de la mayoría del resto de empresas.

A la expectativa

Frente a las 18 empresas que ya se han pronunciado, hay otras 14 cotizadas catalanas que todavía guardan silencio, a la expectativa de los acontecimientos. Se trata de Abertis, Almirall, Applus, Audax, Bain (Borges), Cellnex, eDreams, Ercros, Fluidra, FCC, Grifols, Inmobiliaria Colonial, Laboratorio Reig Jofre y la papelera Miquel y Costas. Entre todas suman una facturación de casi 20.500 euros. En el primer caso, la opa de Atlantia sobre la concesionaria española somete a Abertis a un deber de pasividad, y un cambio de sede debería ser autorizado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), señalaron a elEconomista fuentes del mercado.

Miedo al boicot

Las grandes firmas de productos de consumo con sede en Cataluña, muy expuestas a una reacción adversa de los ciudadanos, ya sean contrarios o partidarios de la independencia, prefieren no pronunciarse sobre cómo afrontan la posible secesión de Cataluña. Algunos ejemplos son las multinacionales de moda catalanas Mango y Desigual, la cadena alemana de electrónica Mediamarkt -con 83 tiendas repartidas por todas las autonomías españolas, según la empresa- y la también corporación germana Henkel, además de la suiza Nestlé.

La automoción no se moja

Las dos grandes automovilísticas presentes con fábricas en Cataluña tampoco quieren mojarse. Seat, que cuenta con la mayor factoría de Cataluña -en comparación con cualquier sector, no solo el del motor-, califica de "rumores" las informaciones sobre que preparan un cambio de sede, y defienden: "Seat es una empresa arraigada en Barcelona, Cataluña y España". De todas formas, reivindican que "como cualquier empresa, necesita un entorno político estable que permita seguir invirtiendo para generar crecimiento y empleo". Se definen como una multinacional con una visión global que sigue "de cerca cómo avanza la situación actual".

La japonesa Nissan, con producción en la Zona Franca de Barcelona y poco dada habitualmente a ofrecer información más allá de la de producto, sigue una línea similar a la de Seat en la petición de un contexto favorable para los negocios, y explica que confía "en que las autoridades relevantes mantengan un entorno competitivo para las inversiones".