Cataluña

Kiwi aterriza en Barcelona y competirá con eDreams

  • La empresa espera consolidar desde aquí su expansión internacional
  • El gigante de las reservas aéreas espera facturar 1.000 millones en 2016

Jordi Sabater

El sector del turismo y de los viajes ha encontrado en Internet uno de los puntales para su expansión. Múltiples plataformas online ofrecen productos y servicios relacionados, de forma atractiva y a precios realmente competitivos. Alguno de los grandes portales se fundó en Barcelona pero, por primera vez, un proyecto de este sector específico, extranjero, consolidado y con un recorrido destacado, decide recalar físicamente en Barcelona para seguir con su estrategia de expansión internacional.

Es el caso de Kiwi.com, de origen checo, y que es una de las plataformas de búsqueda y venta de vuelos más grande del mundo especializada en el llamado virtual interlining, o conexiones aéreas múltiples. Con unas previsiones de facturación para 2017 cercana a los 1.000 millones de euros y obteniendo beneficios desde hace algunos años, Kiwi destaca por su excelencia tecnológica y unos resultados para el usuario realmente sorprendentes.

Para contarnos su historia y saber el porqué de la elección de Barcelona, su Chief Tecnology Officer (CTO), Josef Kepesi, recibió a elEconomista el mes pasado, aprovechando unas jornadas de programación que se celebraron en Esade donde Kiwi era uno de los patrocinadores.

Kepesi, que es también cofundador de Kiwi y de perfil claramente técnico, nos explicó su gran valor tecnológico, la diferencia que aporta el algoritmo de búsqueda de vuelo creado por él. La creación y actualización de una enorme base de datos en los propios servidores de la empresa, alimentada con los datos de vuelos de más de 650 líneas aéreas, millones de veces cada día, permite obtener resultados de forma muy rápida y con precios muy ajustados. Este algoritmo tan potente permite la combinación automática de varias conexiones y varios destinos aunque las aerolíneas no operen juntas ni colaboren en el llamado código compartido. Y al final los itinerarios ofrecidos pueden llegar a ser hasta un 80 por ciento más baratos.

Esta idea, de apariencia simple, pero de desarrollo muy complejo, como aseguró Kepesi, se fraguó en 2011 cuando el CEO y cofundador, Oliver Dlouhý, que tenía entonces sólo 22 años de edad, estaba planeando un viaje desde la República Checa a Portugal. Unos precios muy elevados y una dificultad manifiesta para encontrar un trayecto barato le llevaron a pensar en la creación de un proceso para optimizar esta búsqueda de vuelos baratos. Kepesi desarrolló el primer prototipo y con 20.000 euros de financiación inicial se lanzaron al mercado. Durante un año y medio su modelo de negocio no acabó de funcionar. De hecho, Kepesi admite que no funcionaba en absoluto. Eso les llevó a pivotar hacia la venta directa de billetes de avión complementada con servicios de valor añadido y dieron en el clavo, revirtiendo la situación. De hecho, uno de los servicios más novedosos es la llamada Garantía Kiwi, que evita el principal problema de las escalas, las pérdidas de vuelos de conexión debido a los retrasos. La solución de Kiwi: si se pierde la conexión, se facilita otro pasaje al destino de forma gratuita o se devuelve el dinero.

También tuvieron el apoyo de un inversor checo , JiÅ™í Hlavenka , que creyó en el proyecto en sus momentos más delicados. Una línea aérea también participó en la financiación y todos estos fondos permitieron a Kiwi adquirir un competidor, WhichAirline, y ganar una base de clientes que resultaría muy relevante para su éxito posterior. Enero de 2015 marcó un hito en su historia al duplicarse su crecimiento y un mes después, Ondrej Tomek, un emprendedor del ámbito del comercio electrónico, tomó un 10 por ciento de la empresa valorando la misma en 9,5 millones de dólares con su inversión.

Los datos de su crecimiento sorprenden. Desde una plantilla reducida de 5 personas han crecido exponencialmente hasta los más de 1.300 profesionales del sector de la tecnología y viajes, procedentes de 63 nacionalidades distintas, y que están repartidos por las oficinas de Kiwi en todo el mundo. Cerca de 900 están en la central de Brno y el resto repartidos por las oficinas de Kiev, Fidji, Split y Belgrado y la más reciente de Barcelona, Manila y Durban.

Sus cifras son impresionantes. Su base de datos contiene y actualiza una ingente cantidad de combinaciones de vuelos y actualizaciones y cambios en los precios. El concepto de Big Data elevado a la máxima potencia. A título de ejemplo: en una sola búsqueda se pueden proporcionar hasta 50 mil millones de combinaciones de vuelos, que luego necesitan ser ordenados por cualquier parámetro que el cliente elija. Se realizan más de 40 millones de consultas al día de las que 6.000 de ellas se traducen en reservas. El flujo de datos generado cada día se acerca a los 200 Tb. Toda esta cantidad de datos y posibilidades, comentaba Kepesi, permite, como ejemplo curioso, la posibilidad de realizar un itinerario por 8 ciudades europeas, en avión, por menos de 200 Euros.

Cuenta Kepesi que en la compañía tienen muy claro cuál debe ser el futuro de un portal de viajes. Y por lo tanto, saben muy bien hacia dónde deben evolucionar y dirigir su foco. "Debemos mejorar la experiencia de cliente, personalizar el viaje al máximo y ofrecer servicios plenos durante todo ese período" afirma. Es más, su objetivo final es que la recién lanzada app de Kiwi se convierta en el mejor compañero de viaje de sus usuarios, un servicio pleno y disponible 24/7.

Y sin olvidarse que la elección de Barcelona no ha sido puro azar. Estudiaron varias opciones y finalmente la decisión conlleva la apertura de una oficina de más de 100 personas. El equipo será pequeño al principio, unas veinte personas. Kepesi coordinará esta oficina pues el perfil técnico es mayoritario. Y el crecimiento posterior llegará de la mano del departamento de marketing. Concluye Kepesi que "en Barcelona nunca tendremos problemas para encontrar los perfiles que buscamos". Finaliza diciendo que "muchos trabajadores de la central de Brno han manifestado su deseo de trasladarse aquí." La ciudad condal es un hub tecnológico con un crecimiento exponencial, pero no hay que olvidar que tiene otros atractivos.