Cataluña

El proceso independentista coloca a Cataluña a la cola en competitividad

  • Crece la brecha con Madrid por la caída de inversiones
Carles Puigdemont, durante la toma de posesión como presidente de Cataluña.

Cristina Triana

El debate sobre las consecuencias del proceso independentista no decae en Cataluña. En una presentación de Sociedad Civil Catalana, una asociación contraria al independentismo catalán, el catedrático de la Universidad de Barcelona y director general de la Comisión Europea, Francesc Granell, explicó que el auge del independentismo ha tenido un impacto directo en la pérdida de competitividad que ha vivido Cataluña en los últimos años.

Así, según ha destacado Granell, esta comunidad ha pasado del puesto 103 al 142 en el ranking de competitividad de regiones europeas entre 2010 y 2013. Esta caída ha colocado a Cataluña por debajo de la media, ya que mide la actividad de 262 regiones de la Unión Europea, y ha abierto la brecha respecto a la Comunidad de Madrid, que apenas ha perdido un puesto en el mismo periodo, al pasar del 56 al 57. Para este economista, Madrid ha sido la gran beneficiada, ya que ha recibido a una gran parte de las empresas que han abandonado Cataluña.

Según Granell, el independentismo y los discursos que pronuncian sus líderes -como la reciente entrevista de Oriol Junqueras, conseller de Economía y Hacienda en Financial Times- no hacen otra cosa que incrementar el problema. "La incertidumbre sobre el proceso rupturista está provocando que muchas empresas retrasen o no realicen inversiones en Cataluña, a lo que se añade la inestabilidad que vive el conjunto de la política española", afirma Granell, que añade que, en caso de independencia, Cataluña se arriesga a perder más empresas; entre ellas multinacionales.

Según el catedrático, una hipotética o futura Cataluña independiente sería menos atractiva para las empresas extranjeras que si permanece dentro de España. "Estar fuera de la Unión Europea y la zona euro resta seguridad jurídica", señala Granell.

Asimismo, adelanta que, probablemente, para las empresas extranjeras una hipotética independencia de Cataluña dañe su rentabilidad. "Mantener un Estado independiente es caro, por lo que es probable que se tuvieran que implementar aranceles sobre las exportaciones y las importaciones", especifica. La Sociedad Civil Catalana calcula que el independentismo ha restado 3,5 puntos porcentuales al PIB catalán desde 2005.

Reuniones con patronales

Carles Puigdemont continuó ayer con su ronda de contactos institucionales y se entrevistó con Joaquim Gay de Montellá, presidente de la patronal Fomento de Trabajo, que le recordó que Cataluña necesita un marco jurídico estable para atraer inversiones.