Cataluña

El PSC busca el apoyo del catalanismo para derrotar a los independentistas

  • Los socialistas reeditarán el pacto con Units y sumarían a Lliures y Lliga Democràtica
  • El propósito es que Iceta lidere una amplia alternativa política desde el constitucionalismo
El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, conversando con Ramon Espadaler, de Units, en el hemiciclo del Parlamento catalán. Fotografía: Luis Moreno.

María Teresa Coca
Barcelona,

Los socialistas catalanes abordan la nueva carrera electoral hacia la presidencia de la Generalitat de Cataluña con la voluntad de ser una clara alternativa al independentismo el 14 de febrero.

Todos los partidos coinciden en qué estos comicios aún están marcados por el procés. Para ello, el PSC busca sumar a fuerzas políticas catalanistas y ha iniciado contactos con Lliures y Lliga Democràtica, además de negociar la reedición del pacto que mantiene desde 2017 con Units per Avançar.

El primer secretario de los socialistas, Miquel Iceta, ha dejado claro que la hegemonía será del PSC y su candidato a la presidencia, y que en ningún caso se desdibujará su proyecto político. Ante un independentismo que consideran "dividido y fragmentado", el PSC se perfilará como "centro de gravedad de la alternativa al soberanismo y queremos ensanchar la base, porque en política quien suma, gana", defendió Iceta que, si no hay sorpresas, será de nuevo el candidato socialista en las elecciones de 2021.

Las conversaciones se iniciaron hace una semana y ya hay fecha para un segundo encuentro para avanzar sobre el tipo de colaboración que podría establecerse con estas formaciones, que tienen posiciones dentro del catalanismo, pero rechazan la autodeterminación y la independencia de Cataluña.

Este planteamiento dejaría al margen partidos como el nuevo Partit Nacionalista de Catalunya (PNC) que lidera la exconvergente Marta Pascal con su apuesta por el derecho a decidir, o el PDeCAT -la antigua Convergència- que ha rechazado incorporarse al proyecto de JuntsxCat de Carles Puigdemont para concurrir en solitario a las elecciones, pero que se define como independentista en sus estatutos.

Justamente porque se trata de una nueva revalida del procés y aún pesa mucho la política de bloques, la Lliga Democràtica -impulsada por Josep Ramon Bosch y Àstrid Barrio como proyecto de la sociedad civil de centro derecha liberal, europeo y con voluntad también de incidir en España- ha planteado a los socialistas que su apuesta es sumarse a un proyecto de futuro claramente constitucionalista y catalanista.

Josep Ramon Bosch recuerda que la Lliga se constituyó con la voluntad de presentarse con una candidatura que incluya personas provenientes del constitucionalismo pero también del soberanismo. "Hay un espacio de unos 500.000 votantes aproximadamente en su mayoría exvotantes de Ciudadanos y del PDeCAT o JuntsxCat que defienden que el cambio político en Cataluña es posible", explica.

Por ello, los miembros de la Lliga descartan entrar en las listas del PSC como independientes pero si ven a los socialistas, en concreto a Miquel Iceta como candidato a la presidencia de la Generalitat y liderando la creación de una coalición que supere las siglas del PSC y que aglutine diferentes ideologías.

El liderazgo de Iceta también es indiscutible para Antoni Fernández Teixidó, impulsor y presidente del Comité Ejecutivo de Lliures, una formación de tendencia liberal, de centro y catalanista, no independentista ni defensora de la autodeterminación. "El debate no es cómo conseguir que el independentismo no supere el 50%; el principal planteamiento es que el independentismo no gane las elecciones, y para ello tenemos que sumar", admite Fernández Teixidó.

Pero a diferencia de la Lliga, en Lliures no verían mal un pacto, no a similitud del que mantienen PSC y Units per Avançar, pero sí "un acuerdo significativo" para instrumentalizar una alternativa que dispute la victoria al independentismo, "ofreciendo un Ejecutivo que sí gobierne, que recupere el orden institucional y que garantice estabilidad política".

Un pacto exitoso

Algunos de estos elementos son los mismos que dieron pie en 2017 al pacto entre socialistas y los democristianos de Units per Avançar -herederos de disuelta Unió Democràtica de Cataluña- y que "desgraciadamente siguen estando vigentes", explica Ramon Espadaler, secretario general del partido. Una formación catalanista, constitucionalista, proeuropea, moderada y humanista, con una clara defensa del Estado del Bienestar y la cohesión social, "rota por el procés".

Espadaler -con dos diputados en el Parlament- apuesta también por la alternativa "sólida e integradora" que debe liderar Iceta y el PSC. Y hace una valoración positiva de cómo ha funcionado PSC-Units "porque nos hemos reconocido como diferentes, porque lo somos, pero con un eje central común: reconducir el tema del procés hacia el diálogo", señala y considera que sigue siendo importante no disgregar el voto no solo para hacer frente al independentismo sino también por el contexto actual de pandemia.

La principal razón para reeditar el pacto es que "el independentismo cada vez está más fraccionado y en el otro extremo, el inmovilista, ya ha aparecido Vox, por lo que debemos ampliar el espacio transformador y constitucionalista que estaría entre ambos". Espadaler no entra a valorar si los socialistas tienen que sumar a otras formaciones para incrementar la base constitucionalista. Pero defiende que el PSC "está en condiciones de hacer un salto cuantitativo y cualitativo y ser una opción real de gobierno".

PSC-Units se ha replicado en el Ayuntamiento de Barcelona, en el de Badalona y en algunas localidades más.