El Mobile atribuye la cancelación a la anulación masiva de asistentes

El consejero delegado de la GSMA, John Hoffman, ha atribuido la cancelación del Mobile World Congress (MWC) a que "ayer la mayoría de los que iban a venir no lo iban a hacer", y ha añadido que no había opción de aplazarlo porque es "imposible prever cuándo va a acabar esta situación" de alarma global por el nuevo coronavirus.

En rueda de prensa con autoridades locales, catalanas y estatales, ha afirmado que la decisión no se ha tomado "a la ligera: hemos seguido la situación día a día y hora a hora", pero "la preocupación global por el coronavirus, los problemas para viajar y otras circunstancias" han hecho imposible celebrar el MWC 2020.

Preguntado por qué quería decir con otras circunstancias, ha apelado a la logística "de tener que viajar antes y a lo mejor tener que pasar por una cuarentena después" del congreso, teniendo en cuenta que es "gente de alto nivel, con más de 8.000 presidentes de empresas previstos", no solo del sector de las telecomunicaciones, sino de 13 sectores más.

La GSMA ha priorizado la seguridad, la salud y la reputación del evento para anular la que debía ser la 15 edición en Barcelona, según su director general, Mats Granryd, tras "14 ediciones de éxito", según Hoffman. Con todo, ha afirmado que "el sol volverá a brillar" y que desde hoy pensarán en el futuro y en la edición 2021 del congreso en la capital catalana, donde cuentan con "grandes aliados".

Preguntado por qué motivos pueden haber llevado a las bajas en cascada y cancelación del MWC –como la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China, por ejemplo-, mientras otros eventos de gran afluencia internacional sí se están llevando a cabo, Granryd ha descartado causas ocultas: "Somos el congreso tecnológico más grande del mundo. Todos los que han anulado su asistencia nos hablaban de preocupaciones de salud, de viajar, y de tener sus recursos de negocios en cuarentena 14 días".

Incógnita sobre los costes

De momento, la GSMA no ha analizado los costes de la cancelación, si bien defiende que se debe a "causa de fuerza mayor", y que sus contratos la contemplan. Tampoco se ha aclarado qué pasará con los 15 millones de euros de aportación pública previstos para la edición 2020, que no tendrá lugar.

Desde Fira de Barcelona tampoco han concretado los costes que deberán asumir, si bien sus directivos han asegurado que la entidad no entrará en pérdidas este año por la cancelación del MWC, que supone una parte relevante de sus ingresos –alrededor del 30%-.

"Fira ha ido diversificando su riesgo y ha ido incorporando salones relevantes, alguno el próximo año, que facilitan afrontar una situación con cierto optimismo", ha indicado el presidente de Fira de Barcelona, Pau Relat.

Contrato hasta 2023

De momento, el contrato para celebrar el MWC en Barcelona se mantiene hasta 2023, como estaba previsto, aunque en el tejido económico local abogan por alargarlo para compensar la cancelación de este año.

"Todas las administraciones trabajaremos para minimizar el impacto en la economía local", ha expuesto la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en alusión a los cientos de millones que dejarán de ingresar múltiples negocios de la capital catalana y su entorno –se preveía un impacto de 492 millones y genera 14.100 empleos temporales-.

Tanto la el presidente de Fira de Barcelona, como la alcaldesa de Barcelona; el consejero de Políticas Digitales de la Generalitat de Cataluña, Jordi Puigneró; la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, y la alcaldesa de L'Hospitalet, Núria Marín, han incidido en que no había motivos sanitarios objetivos para anular el MWC, sino de miedo global, pero que se pondrán de inmediato a trabajar para que la edición de 2021 sea la mejor de la historia.