Cataluña
El presidente de la Cámara de Barcelona reinterpreta la historia económica catalana
Estela López
El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, ha decidido llevar su defensa de las bondades económicas de la república catalana más allá de la institución cameral, y como empresario es también mecenas del proyecto Fem Història (Hagamos Historia).
Los orígenes de la iniciativa se remontan a los preparativos del referéndum del 1 de octubre de 2017, cuando Canadell, a través de su empresa Petrolis Independents, patrocinó un vídeo para animar a votar sí que relataba un glorioso pasado catalán y que mostraba la pertenencia a España como un lastre a su progreso. Más tarde, un segundo vídeo en inglés pretendía internacionalizar este mensaje.
Ahora, junto a otros seis empresarios e historiadores soberanistas, quiere "recuperar la historia económica de Cataluña". En un comunicado, los impulsores de Fem Història reivindicaron: "Recuperar el exitoso pasado del comercio, la industria y la tecnología de los últimos siete siglos contribuirá a mejorar nuestra autoestima".
Para esta reinterpretación, lanzaron ayer un vídeo en Internet y las redes sociales, centrado en la industria catalana de las motocicletas, que es el pistoletazo de salida a una serie de estudios sectoriales.
El documento audiovisual, que lleva por título Los mejores pilotos de motos del mundo son catalanes, se inicia con logros deportivos pasados y presentes en el sector de las dos ruedas que atribuye al pasado industrial de este sector en Cataluña, donde llegaron a existir más de 150 marcas de fabricación local, repasan.
Pero a lo largo de la explicación afloran explicaciones sobre supuestos boicots del Estado a la industria catalana de la moto para explicar su declive, y que se extrapolan al conjunto de la economía: "Lo que ha pasado en el sector motociclista es solo uno de los ejemplos de cómo los catalanes hemos tenido que luchar en contra de nuestro propio Estado", explica el narrador de la historia.
Antes, menciona casos como el de Mymsa durante la Dictadura: "Fue víctima de un Estado español ya entonces insensible a las necesidades de la industria catalana. Tras una gran inversión en velomotores de 74centímetros cúbicos que se podían conducir sin carné ni seguro, el régimen cambió la ley y lo redujo a 49 centímetros cúbicos".
"A finales de los 70, la inflación y la falta de financiación de la banca española dieron paso a la subida del impuesto que gravaba a las motos, y por si fuera poco, aumentó la edad requerida para los diferentes permisos de conducción. La industria catalana de la moto quedó herida de muerte", prosigue el relato.
También lamenta la llegada de las multinacionales japonesas a Cataluña, porque el Estado no aplicó "medidas proteccionistas".