Cataluña

Los 'ninis' crecen por primera vez en Cataluña desde 2013

  • Los sindicatos apuntan a la precariedad laboral
  • Las patronales abogan por contratos subvencionados y prestigiar la FP
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Patricia Muñoz, Estela López
Barcelona,

Después de la crisis, entre 2012 y 2013, se consolidaron los picos en los porcentajes de jóvenes de entre 15 y 29 años que ni estudian ni trabajan, los coloquialmente llamados ninis. Llegando a máximos históricos en esa etapa, la tendencia ha sido bajista desde entonces.

Menos esta vez: 2018 es el primer año, después de la crisis, que el porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan aumenta respecto al año anterior.

El Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) cifra el aumento en 0,4 puntos porcentuales; es decir, ha crecido del 15 por ciento en 2017 al 15,4 por ciento el año pasado. Primero de todo, los sindicatos huyen de usar el término nini.

Consideran que es peyorativo y que hace referencia a aquellas personas "que no hacen nada con su vida". Elena Ferrero, portavoz nacional de Avalot -Jóvenes de la Unión General de Trabajadores (UGT) de Catalunya- defiende que, en muchas ocasiones, estos jóvenes se encuentran en esta situación "porque no tienen otra opción".

'Noef' en vez de 'nini'

En la misma línea, Irene Ortiz, de Acción Joven del sindicato CCOO de Catalunya, coincide en la mala praxis que constituye el uso de la palabra nini. Tanto Ferrero como Ortiz sostienen que el término correcto para la referencia a este colectivo es noef. Es decir, personas que no están ocupadas, no estudian y no están formándose.

El perfil de este colectivo es todo menos homogéneo. "No todas las personas que integran estas estadísticas tienen las mismas características ni se encuentran en el mismo momento", sentencia Ortiz.

"Los hay que no tienen formación alguna porque tienen una situación personal y familiar complicada, y otros que están muy formados que no encuentran un trabajo de acuerdo con su cualificación", sostiene Ferrero.

Los jóvenes son los que más sufren la precariedad en las condiciones de trabajo, tanto en parcialidad como en temporalidad. Casi un 50 por ciento de los jóvenes están sometidos a un contrato de trabajo temporal, lo que conlleva que su situación laboral sea cíclica.

"Por eso, y debido a la estacionalidad de los empleos" (por la dicotomía verano-invierno), "puede ser que, en el momento de recoger la estadística, se cogiera al joven justamente en el momento en el que no trabajaba", detalla Ferrero.

El Observatori Català de la Joventut, en su informe Situación laboral de las personas jóvenes en Cataluña del primer trimestre de 2019, establece que las personas inactivas que no estudian son el 5,1 por ciento del colectivo joven. Es por ese motivo que Ortiz considera que los "mal llamados ninis" no son un lastre de la sociedad.

"Es una cifra irrisoria y, además, irreal, ya que no puede contabilizar a aquellos jóvenes sí han estudiado o trabajado, pero que en ese preciso momento no lo están haciendo porque se han tomado un año sabático, o seis meses de relax, o lo que sea", sostiene Ortiz.

Contratos subvencionados

El presidente de Pimec Joves, Josep Soto, cree que la temporalidad no es la causa del problema: "Me da la sensación de que, el que no quiere estudiar ni trabajar no es por precariedad laboral". En esta línea, pone sobre la mesa que la solución por la que él apostaría es por los contratos subvencionados por el Servei d'Ocupació de Catalunya (SOC).

"Hay una modalidad de contratación destinada a emplear en las empresas a jóvenes sin estudios. Por ejemplo, si quisiera un auxiliar de administración, el SOC lo formaría y yo lo seguiría formando en la empresa. Si el salario mínimo por convenio fuera superior al mínimo interprofesional (SMI), el SOC subvenciona hasta el SMI y el resto lo pago yo".

Soto cree que fomentar este tipo de contratos es la vía para dar trabajo a la gente con poca formación. Por otro lado, otro puntal para Soto también es la formación profesional, igual que opinan los sindicatos. La considera una opción "buenísima" para que los jóvenes encuentren a qué se quieren dedicar. "Te ayuda a ver qué te gusta hacer, te forma en ello y te ayuda a encontrar una salida".

Por su lado, considerar que el hecho de que haya jóvenes que ni estudian ni trabajan sea culpa de las condiciones laborales a las que se expone esta franja de edad es "reduccionista", según el director de Relaciones Laborales de la patronal Foment del Treball, Javier Ibars.

"El grave problema que tenemos en este país es el fracaso escolar y el abandono prematuro", relata. Apunta que una solución sería incentivar "a los que quieren irse del mundo formativo" y concienciarlos del "alto porcentaje de posibilidades de no encontrar nunca trabajo o de que sea precario" al que se exponen "si su formación es mínima".

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