Castilla y León
Segovia, centro de una guerra empresarial por el mercado de los pañales
Rafael Daniel
Las acusaciones veladas de un posible espionaje industrial y competencia desleal rodean el nuevo proyecto de instalación de una fábrica de productos higiénicos de celulosa en Segovia en una guerra abierta entre dos de los los gigantes europeos del mercado de pañales.
El pasado miércoles, el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, celebraba desde Bélgica la implantación de un nuevo proyecto industrial en Segovia. La multinacional Drylock Tecnologies le había confirmado una inversión de 45 millones de euros para poner en marcha una fábrica de productos higiénicos (pañales infantiles, para mujeres y tercera edad) con la creación de 120 puestos de trabajo.
Pero la noticia, sin duda positiva, esconde tras de sí toda una guerra empresarial entre acusaciones veladas de espionaje industrial y competencia desleal. De fondo, el control del mercado de los pañales sanitarios y, especialmente, el segmento dirigido a las personas de la tercera edad. Mientras la natalidad baja, el envejecimiento de la población se dispara por el incremento de la esperanza de vida. Los absorbentes de incontinencia de orina forman parte de la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud. Sólo en Castilla y León, el consumo anual asciende a cerca de 58 millones de unidades, con un gasto de 17 millones de euros, según reconocía el propio Herrera.
La irrupción de Drylock en Segovia no parece que fuese casual. Su principal accionista, el belga Bert Van Malderen, había dirigido durante 30 años su compañía familiar, Ontex, especializada también en la producción de pañales y con implantación industrial en la provincia segoviana. El magnate belga vendió la compañía en 2003 al fondo de capital riesgo Candover, aunque volvió al mundo de los productos higiénicos en 2011 con Drylock.
Tras una fuerte implantación en Rusia, Italia, Alemania o Chequia, similar al que en su día protagonizó Ontex, Drylock ha elegido Segovia para instalarse en Europa. Y como cabeza visible del proyecto, la multinacional ha puesto al frente a Miguel Ángel González, director de la fábrica de Ontex en la localidad segoviana de Valverde de Majano durante 20 años.
Junto a González, casi otra veintena de trabajadores de Ontex, serán los encargados de poner en marcha la nueva fábrica de Drylock.
Esta fuga de personal llevó a Ontex a solicitar en el Juzgado que se adoptaran medidas cautelares para los 16 trabajadores que habían abandonado la empresa al considerar que podrían haber salido con información privilegiada de dicha factoría. De forma especial, lo solicitaron para que fue su director general, Miguel Ángel González.
El Juzgado de lo Mercantil, sin embargo, considera que no existen pruebas de que se hayan producido revelaciones de secreto industrial en el caso de la futura apertura de la empresa belga Drylock.
El Juzgado sí acepta en cambio la petición de que González mantenga el pacto de confidencialidad firmado el 10 de septiembre de 2015 y no revele información confidencial ni secretos empresariales propiedad de Ontex ni difunda informaciones falsas respecto a Ontex.
Pero la magistrada deniega el grueso de las medidas cautelares que habían solicitado desde Ontex, como el que los 16 extrabajadores de Ontex devuelvan cualquier documento que pudieran haber retenido o sustraído de su anterior trabajo, según revelaba El Adelantado.
Rechaza igualmente otra petición: la contratación de más empleados por parte de Drylock de personal de Ontex. Asegura que no es posible atender esa solicitud en la medida en que existe un libre mercado laboral y los propios empleados pueden elegir la empresa para la que desean trabajar.